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Hortensia añora vivir en una casa segura

06/07/2021 - Hace 3 años en Durango

Hortensia añora vivir en una casa segura

Local | 06/07/2021 - Hace 3 años
Hortensia añora vivir en una casa segura

Una casa de madera, con láminas y plásticos, se ve desde arriba de la cortina de la presa Del Hielo, esta fue una de las primeras viviendas en derrumbarse cuando se desbordó la presa en el 2016.

Allí vive Hortensia Sánchez, de 64 años de edad. Desde temprano anda de pie para tener reluciente esta «casita», que, «aunque humilde», como dice ella, por dentro brilla de limpio.

La presa Del Hielo, no ha dejado de ser una zona de riesgo de inundación; conocida porque en 2016 tras lluvias atípicas se desbordó el agua y murieron cinco personas.

No obstante, todavía se venden terrenos, y habitantes indican que ya les han informado que no habrá reubicación como aseguraron autoridades tras los fallecimientos registrados.

«Aquí nomás han prometido», dijo Hortensia, quien ya cumplió cinco años de vivir en el lugar, en una casa de materiales frágiles que ella construyó con hojas de triplay y otras cosas que sean útiles.

«Y0 la fui haciendo, poco a poco, que me goteó yo ya le arreglo (…) me ofrecen las personas, oiga que vendo una hoja de triplay, yo ya vengo y la pongo», así Dios le ayuda, confesó.

Su casa es una de las 121 mil 317 viviendas vulnerables, por su composición; hule, láminas, cartón, tablas, entre otros, actualmente habitadas en el estado de Durango.

Esto equivale al 24.85 por ciento del total de casas particulares ocupadas, que de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) son 488 mil 200 en total.

Hortensia vive sola, ella es su único sustento, vende dulces, cose, lava y plancha. Pero no ha podido reunir el dinero suficiente para construir su casa con ladrillo. Tener una vivienda de ladrillo se ha convertido en uno de sus sueños.

«¿Cuál será mi sueño?», reflexionó con evidente sentimiento, sus ojos se ponen más brillantes. No tarda mucho en responder que es «volver a tener unas paredes bonitas, un piso».

Para ella, una casa así significa también mejorar su seguridad en caso de una inundación o de algún delito.

«Más segura, incluso por decir de que vuelva a pasar lo que pasó (la inundación)», comentó.

A pesar de que vivir en una casa de materiales frágiles significa no tener acceso a una vivienda adecuada, por el riesgo que implica, en el estado casi la cuarta parte de las casas habitadas es vulnerable.

Este casi 25 por ciento de casas frágiles es de material de desecho (.20 por ciento), lámina de cartón (.10 %), lámina de asbesto o metálica (.6%), carrizo bambú, o palma (.04 %), embarro o bajareque (.05%), madera (2.76%), adobe (21.62%) y en .02 por ciento no se especificó.

Pero Hortensia espera pronto dejar de formar parte de estas estadísticas y tener la vivienda de sus sueños, que por lo pronto no rebasa las dos habitaciones.

«Dos cuartitos es mi ilusión, dos cuartitos y mi baño», para esto pide ayuda a las autoridades.

«Pedirles que me ayuden, que me apoyen», a sus casi 65 años no pierde la fe, «sé que un día la voy a tener aunque esté grande de edad, voy a tener mi casa primeramente mi Dios», confío.

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