Por: Brenda Maurer

El debate sobre la legalización del aborto es un asunto que genera opiniones polarizadas en la sociedad, pues mientras algunas personas lo exigen como un derecho que tiene la mujer de decidir sobre su cuerpo, otro sector considera que el producto ya es un ser con vida y abortarlo es atentar contra otro cuerpo; sin embargo de manera clandestina la interrupción del embarazo en el estado si se practica.

Fue en el programa “El Averiguadero” que se transmite por Canal 15, donde los panelistas Julieta Hernández Camargo, presidenta de la Asociación “Si Hay Mujeres en Durango” , Olga Patricia Alanís Quiñones, directora del Instituto Municipal de la Mujer (IMM) y el Padre Noé Soto Valdez, vocero de la Arquidiócesis, expusieron que el aborto legal es un tema de salud pública para evitar la muerte de mujeres que se atienden en el clandestinaje, así como la importancia de prevenir embarazos y proteger la vida desde su concepción.

¿Hay vida o no?

El aborto es la interrupción del embarazo en cualquier momento de la preñez, que puede ser natural o provocado, en la primeras semanas de concepción de acuerdo a científicos, no hay vida; un embrión no es una persona, solo hay un conjunto de células por lo que el aborto no es un asesinato, expuso la activista. En contra parte el religioso señaló que desde la concepción hay vida, “en la iglesia nos destacamos por la defensa de la vida y para nuestra doctrina hay un nuevo ser vivo con alma, desde el instante mismo en que se da la concepción”.

Patricia Alanís, médico de profesión, señaló que cuando se revisa la evolución del sistema embrionario se puede decir que el producto es un conjunto de células, las cuales están vivas; partiendo de ello y revisando experimentos como la clonación y fecundación in vitro, pues vemos la evolución afuera del útero.

En Durango se aborta

La doctora explicó que hablar de la interrupción del embarazo de una forma prematura es una realidad, y se han descrito aproximadamente 17 tipos de abortos.

Esto se ha visto como un problema de salud pública porque en su practica de 18 años como anestesióloga, le han tocado casos terribles en quirófano de jovencitas y mujeres adultas que llegan después de haberse sometido a un aborto. Hay que decir que si bien el mayor porcentaje de estos procedimientos esta entre los 15 y 19 años; el segundo grupo es de mujeres entre los 22 y 29 años.

El someterse a un aborto clandestino es lo que complica las cosas y puede causar hasta daños permanentes a una mujer, puede generarse una sepsis que derive en que a ella tengan que realizarle una histerectomía que es retirarle el útero o toda la matriz.

Todo esto genera un problema de salud pública y si se necesitaría fundamentar muy bien una política pública, porque también se tiene que ver qué hay antes del aborto y del embarazo mismo, «como gobiernos debemos apostarle a la prevención».

Riesgo para pobres    

En el país, estados como Oaxaca y Ciudad de México tienen despenalizado el aborto y se ha logrado disminuir la muerte materna y los abortos clandestinos.

En este tema también hay un asunto de justicia social, porque las mujeres con dinero pueden ir a Estados Unidos, Cuba, Oaxaca o Ciudad de México, en donde el aborto es legal, mientras que las pobres pues se meten un gancho y se mueren, dijo la presidenta de “Si hay Mujeres en Durango”.

Las pobres acuden a un lugar clandestino en donde las cosas son terribles, aseguró que los abortos son una realidad, la cuestión es si se lo practican con todas las medidas sanitarias o de manera clandestina.

En México se cuenta con la Norma 046, con la que se ha tratado de cubrir todo lo que sucede que permitiría un aborto y tan solo en Ciudad de México se observa que en un año hay alrededor de 230 mil abortos legales y cero mortalidad por aborto clandestino, preciso Alanís Quiñones.

Legislación debe ser laica

El aborto legal tiene que aprobarse por el poder legislativo y los diputados deben entender que su trabajo es para un estado laico, ello no deben legislar para ninguna religión ya sea católica o cualquier otra; y debe quedar claro que de lo que hablamos es de un problema de salud pública porque una de cada tres muertes maternas es a causa de abortos clandestinos.

“No vamos a pensar en el embrión, vamos a pensar en la mujer porque ellas son las que se están muriendo a causa de los abortos clandestinos”.

Agregó que la sentencia “Artavia Murillo” que se da en Costa Rica, dice que no se puede considerar que un embrión sea sujeto del ejercicio de los derechos; el derecho y la protección deben ser a la mujer, es el derecho a la vida y la salud de la mujer el que se debe proteger.

Los diputados, diputadas y funcionarios deben atender a esta protección a la mujer.

Mujeres tienen derecho al placer

Hernández Camargo, agregó que muchas veces les dicen a quienes están a favor del aborto que no “abran las piernas”.

Fue contundente al señalar que debe quedar claro que las mujeres tienen el derecho al placer sexual y no se les puede negar.

“Hay que ver que a la mujer se le niegan todos los derechos, es decir, no quieren que tengan relaciones sexuales, no quieren que se embarace, no quieren que aborte, no quieren nada, todo se le niega a la mujer”.

El ejercicio de la sexualidad todo mundo es libre de realizarlo, pero cuando hay un derecho siempre hay una responsabilidad y entonces tenemos que responder por los actos que se realizan, apuntó el Padre Noé.

Aseguró que la Iglesia Católica, también está muy interesada y a la vanguardia en la búsqueda de la protección de los derechos de la mujer, por lo que tienen un centro de ayuda para mujeres.

“Hay que proteger a la mujer pero no vamos a dejar de lado al embrión porque desde la concepción hay una nueva persona”, dijo.

Aborto deja cicatrices emocionales

El padre Noé, compartió que él ha atendido a muchas mujeres que han abortado, las cuales llegan destrozadas porque es algo que las marca para toda su vida.

“El hecho de decir: ve y aborta porque tienes derecho, no pasa nada. NO, si pasa y mucho, primero porque tenemos conciencia, dos porque se va recordar ese episodio durante mucho tiempo y desgraciadamente en ocasiones habrá secuelas en la salud de la mujer”, dijo.

Agregó que abortar legalmente también tiene riesgos para las mujeres, “nosotros no queremos que se llegue a eso, es mejor que haya políticas de prevención y nosotros desde la Iglesia que es nuestra trinchera ayudar desde la conciencia, porque si hemos atendido a mujeres y familias que están destrozadas a causa de un aborto”.

En este sentido Julieta Hernández, destacó que las consecuencias de la que habla el padre son por la estigmatización que hay y por el miedo a la religión, a Dios y a que te metan a la cárcel.

Finalmente, los panelistas coincidieron en que se debe trabajar en la prevención del embarazo, aunque cada parte seguirá defendiendo su postura a favor o en contra de la interrupción del embarazo, porque el debate se seguirá dando.