El 3 de mayo no es un día cualquiera. Es un día con aroma a cal, a sol y a tradición. Es el Día de la Santa Cruz,  y también, el Día del Albañil. ¡Sí! De esos héroes de casco, cuchara y corazón de concreto, que construyen sueños, muros y hogares ¡con mucho sudor, pero también con mucha honra!

Y es que esta fecha tiene doble peso: lo sagrado… y lo humano. La cruz, símbolo cristiano que se adorna con flores, papel picado y devoción, se alza en lo alto de las obras, como pidiendo protección divina para los que día a día enfrentan alturas, riesgos y cansancio.

«Nosotros siempre ponemos la cruz el 3 de mayo. Es tradición. Se bendice la obra y, pues también se echa un taquito, expresaron algunos de los albañiles que trabajaban arduamente bajo los rayos del sol.

¡Y cómo no! Porque este día también se celebra con fiesta: carnita asada, música, refrescos y hasta una que otra anécdota de esas que sólo se cuentan entre mezcla y ladrillos.

Hoy les rendimos homenaje. Porque su trabajo no sólo construye paredes, construye futuro. Porque gracias a ellos, las ciudades crecen, los hogares se levantan, y los sueños toman forma de concreto.

Feliz Día del Albañil. Que la Santa Cruz los proteja, los bendiga y que nunca les falte trabajo, salud y una buena comida compartida entre amigos.

Por: Víctor Salas