Alondra Torres, es una de las personas que recurrentemente se resguarda en el albergue C.A.S.A en la ciudad de Durango. Ella viene de Gómez Palacio, junto con su hija de dos años, diagnosticada con hidrocefalia.

Hace días, llegó a la ciudad para internar a su hija en el Hospital Materno Infantil. Dijo que tenía cinco meses de embarazo cuando le informaron la condición de Camila. Tras esto han tenido que venir de su ciudad de origen para que sea atendida.

«De primero que llegamos aquí, no sabíamos donde quedarnos, realmente nos quedábamos en la sala de espera de ahí del hospital con mucho frío, y mucho gasto la verdad», relató.

Luego de meses de dormir en la sala de espera del hospital, alguien le recomendó varios albergues hasta que llegó a C.A.S.A, donde le han apoyado con el hospedaje, como a otras personas de diversas partes de Durango, y de otros estados.

«Los dos años que tiene ella (su hija) han sido dos años que estamos yendo y viniendo, somos muy frecuentes aquí y pues realmente no venimos una semana, a veces venimos hasta mes y medio, dos meses», platicó la gomezpalatina.

No obstante, debido a la situación económica por la pandemia, el albergue podría cerrar. Esto debido a que tiene un gasto anual de 150 mil pesos, cantidad que era reunida a través de diferentes actividades, pero el año pasado la pandemia afectó la realización de las mismas, y ahora el lugar peligra.

Mayra Marrufo, directora de la asociación C.A.S.A, indicó que el albergue cumplirá siete años, aunque no ha sido fácil, ya que el año pasado la actividad que realizaron para reunir el dinero para el gasto del lugar no fue suficiente.

«No llegamos a la meta, honestamente pensamos que bueno con lo que recaudamos cubríamos nada más hasta marzo de este año, gracias a Dios estamos a mayo y hemos ido obteniendo el recurso poco a poco, día a día», comentó.

Hace unos días, que Alondra se enteró de la situación, por lo que ahora se ha puesto a pensar qué hará en caso de que el albergue cierre.

Espera que esto no suceda porque «realmente si nos ayuda mucho a nosotros que venimos de fuera».

Irónicamente, la demanda de apoyo en el albergue ha incrementado año con año, especialmente por pacientes que acuden al Centro Estatal de Cancerología y al Hospital Materno Infantil.

Marí Guadalupe Quintero Martínez, encargada del albergue, mencionó que «cada año nos sorprende porque nos hemos dado cuenta que el cáncer de mama ha incrementado muchísimo, y en los niños la leucemia».

Debido a esto, pueden atender hasta 13 personas por día. Comentó que el año pasado, por la pandemia, fueron entre siete y ocho personas, pero «antes llegamos a tener por noche 13 personas hospedadas, de Zacatecas, Torreón, Santa María del Oro, Gómez Palacio y San Juan del Río.

A pesar de la importancia de un albergue como C.A.S.A, el riesgo de cierre es latente, admite su personal.

Mayra Marrufo, afirmó que, «hay posibilidades de que cerremos, aunque hoy por hoy tenemos cubierto la renta hasta el mes de septiembre de este año, te puedo decir que va haber albergue hasta septiembre después de septiembre no lo sé».

Lupita, como conocen a la encargada del lugar, reconoció que esto complicaría la situación de los pacientes y sus familias quienes enfrentan una enfermedad, en medio de una crisis sanitaria y económica.

Relató que, «muchas veces me comentan las señoras que no hay medicamentos, entonces sí se les complica muchísimo, yo creo como ellas se ponen mal en el sentido de que no traen los recursos necesarios».

Así, advirtió que para los pacientes y las personas que los acompañan a recibir atención médica, tener un lugar como éste donde el hospedaje es gratuito es vital para permanecer en el tratamiento, ya que la mayoría no tiene dinero para hospedarse meses en un hotel. Aunado a esto padecen el desabasto de medicamentos lo que significa un gasto mayor para ellos.