Por: Manuel Díaz
La pandemia del COVID-19 forzó la convivencia de estar 24 horas continuas con la pareja, realidad que incrementó la violencia en los matrimonios católicos, la falta de dinero derivó en golpes propiciados por parte del hombre contra su esposa, los hijos también sufrieron, informó Clemente Chávez, coordinador de cruzadas matrimoniales.
Derivado de la pandemia del COVID-19 se tuvo que desarrollar un confinamiento entre las familias, que derivó en la pérdida de empleo y posteriormente en los golpes físicos por la falta de dinero.
Además de la violencia que se suscitó entre la pareja de esposos, los golpes también los sufrieron los hijos.
En este año se realizaron retiros espirituales en donde participaron alrededor de 80 matrimonios, para encontrar solución ante la violencia ejercida por parte del esposo a su pareja.
La situación se arregló en la mayoría de los matrimonios que asistieron a esta práctica, incluso parejas católicas que previamente se separaron, decidieron regresar al finalizar el curso que otorgó las cruzadas de la iglesia católica.
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