A pesar de que en el año 2016, murieron cinco personas tras el desbordamiento de la presa del Hielo, el riesgo sigue latente, ya que este 2021, tampoco se ha solucionado el problema.

Por ello, los habitantes están «con un ojo al gato y otro al garabato», dijo Edgar Gandarilla, quien vive en una de las colonias asentadas en la parte alta de la cuenca.

«Nos da miedo que se vaya a inundar otra vez y nos da miedo que nos agarré desprevenidos», admitió.

Teresa Botello, también afirmó que tienen temor, y que «esta vez que llovió (hace unos días) sí se salió el agua, acá hasta arriba no podía uno pasar».

La presa del Hielo se encuentra en la zona norte de la ciudad de Durango, en la periferia y es una zona con riesgo de inundaciones. No obstante, la parte alta, el vaso y la parte baja de la presa están habitadas por decenas de familias.

Una de ellas es la de María de Lourdes Vela, quien comentó que a ella nadie le advirtió que había peligro.

«Me dijeron que no, que no era zona de riesgo, la zona de riesgo estaba para allá», señaló hacia el oriente.

Hace cinco años luego de presentarse lo que se conoce como tormenta perfecta, la presa del Hielo se desbordó. Esa ocasión no paró de llover en más de 10 horas, con lo que alcanzó a registrarse hasta 101.1 milímetros de lluvia. El agua se metió a las viviendas, incluso derribó paredes, arrastró cosas y hasta personas.

Hortensia Sánchez ya vivía en este lugar, abajo de la cortina de la presa. Aunque en esa ocasión, se salvó porque habían ido al rancho; pero recordó que, «los soldados sacaron mucha tierra, sacaron agua, pero pues ya se había echado a perder todo lo que tenía yo».

El resultado final, además de pérdidas materiales fue el fallecimiento de cinco duranguenses.

El director de la Comisión de Aguas del estado de Durango (CAED), Jorge Nevárez Montelongo, indicó que ese año además de las lluvias extraordinarias; la presa del Hielo estaba repleta de basura.

«Por un lado, había taponamiento en el conducto de fondo de basura, de escombros; y en la parte del vertedor (…) también había camiones con escombro obstruyendo», argumentó.

No obstante, la pregunta que surgió es por qué se ofrecieron e incluso todavía se ofrecen terrenos en esta zona de riesgo.

Eso señala Teresa Botello: «porque siempre dicen no es que si ya saben por qué se van a vivir allí, bueno pues la gente compra donde le venden verdad, y si está en zona de riesgo, pues para qué vendieron los terrenos».

Desde la tragedia se informó que reubicarían a los habitantes, se indemnizó a algunas familias, por lo que hay cinco viviendas deshabitadas; las cuales se encontraban en la cortina de la presa del Hielo, pero todavía quedan decenas en toda la zona, una de las que sigue ahí es la señora Hortensia, quien espera ser reubicada.

«Yo siempre estuve de acuerdo que nos reubicaran (…) pero pues no nunca se ha llegado eso, nomas nos han dicho, nos han prometido», lamentó.

Al inicio la solución al riesgo en el lugar, era la sobrelevación de la cortina de la presa, pero el proyecto ha cambiado y ahora se espera dinero para dos obras que retengan el agua en la parte alta de la presa.

El director de CAED, informó que una obra se planteó en un lugar llamado Cieneguita y otro Fraile que están arriba. No obstante, estos no se han ejecutado; ya que «están en manos de la Conagua para su revisión».

Construir esto reduciría el riesgo, mientras tanto no se descarta que pueda ocurrir un desbordamiento en caso de presentarse una lluvia extraordinaria; que se conjunte con la basura que la gente tira en el lugar, que en su mayoría no son vecinos de la zona.

Teresa Botello, quien cada vez que llueve no deja salir a su hijo, «por miedo a que se lo lleve el agua», le mandó un mensaje a las autoridades: «trabajen donde se necesita, yo a veces veo que andan haciendo puentes, ya ve el puente que hicieron en Francisco Villa; pues yo pienso que eso no era necesario, más bien acá en las orillas, en donde está en riesgo la gente».