Un día, el celular de María no dejaba de sonar por las múltiples llamadas de cobranza por una compra que ella no realizó.
«Me hacen muchas llamadas, mensajes, que pase a liquidar y que pase a liquidar», relató la ama de casa, entrevistada al exterior de la Condusef, delegación Durango a donde acudió para pedir ayuda.
María es una de las miles de víctimas del conocido como «skimming» o clonación de tarjeta, un delito que ha ido a la alza en el país. Durango no ha escapado de él, la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros, constantemente recibe denuncias.
La clonación que sufrió la víctima, le ocasionó una deuda de más de cinco mil pesos más intereses, según indicó.
Fue una tarjeta de crédito la que copiaron. «Me clonaron mi tarjeta de Bancoppel en diciembre, entonces eso es lo que ando arreglando, porque supuestamente me están hablando de Coppel que me suben muchos intereses», comentó.
Fraude en Amazon
El fraude del que fue víctima María ocurrió cuatro meses antes de que ella se percatara; ella se enteró cuando del banco comenzaron a exigirle los pagos.
«Me hicieron las compras en Amazon», precisó la afectada. Hicieron una compra de más de cinco mil pesos, cantidad que ha incrementado gracias a los intereses.
Con el cierre de tiendas físicas por la pandemia, compañías como Amazon, para el comercio electrónico incrementaron sus ingresos.
Se estima que tan solo en el primer semestre de 2020 aumentaron sus ventas hasta un 40 por ciento; sin embargo, se desconoce cuántas de estas ventas defraudaron a las personas como María, quien ni siquiera hace compras por Internet.
A ella le confirmaron en Condusef que «eso (la clonación) estaba pasando», es decir se ha convertido en un delito recurrente.
Insiste en que no compró nada en Internet, «ahí sale que se compraron con mi tarjeta, pero cuándo si mi tarjeta siempre estuvo conmigo, siempre anda conmigo; entonces no pudieron hacer una compra».
De acuerdo con Condusef la clonación consiste en copiar los datos que contiene la banda magnética de una tarjeta de crédito o débito, al deslizarla en un dispositivo llamado skimmer. La información se utiliza para duplicar la tarjeta con la que podrán hacer compras a nombre del propietario en establecimiento o por Internet.
María no tiene idea de qué momento fue la clonación de su tarjeta, pero está consciente de que se trata de una injusticia por la que no piensa pagar.
«No es justo porque yo de donde les pago, ya estuve con el gerente pero no me dio ningún arreglo».
El skimming o clonación se agrava porque los dueños de las tarjetas no se enteran que fueron víctimas hasta que, como María, comienzan a recibir llamadas o les informan que han llegado al límite de su crédito.
«Yo no tengo el dinero para pagar», reclamó la madre de tres hijos, dice que un ejecutivo de Bancoppel le dijo que fuera a la Condusef.
Para evitar ser víctima de clonación de sus tarjetas puede seguir los siguientes consejos:
- Cuando utilice un cajero automático, siempre revise que la ranura donde se inserta la tarjeta no tenga objetos sospechosos
- Evite pedir ayuda a desconocidos al realizar movimientos en el cajero
- Mueva el teclado del cajero antes de usarlo ya que así podrían robar su NIP
- Al acudir a comercios exija que los cargos se hagan frente a usted, observe que las terminales no tengan ningún aparato añadido
- También recuerde que las instituciones financieras no solicitan datos por correo o teléfono, solo el las sucursales.
El consejo de María es que «nadie se deje que esto le pase, cómo va a pagar uno, como luego dicen justos por pecadores».
Estos fraudes han empeorado las situaciones precarias por las que pasan la mayoría de las personas en estos momentos con la pandemia y la crisis económica, por ello se recomienda extremar precauciones y denunciar.
María está preocupada, porque es viuda, «entonces no tengo, apenas si trabajo dos días para sobrevivir y salir adelante con mis hijos».