El trabajo infantil podría estar relacionado no solo con la pobreza, también podría analizarse desde el punto de vista cultural, ya que en Durango un porcentaje de niños que trabajan en la calle son hijos de adultos que también vivieron su infancia así.

El DIF municipal tiene un programa para retirar a los niños que trabajan en las calles, el objetivo es que regresen a la escuela y dejen de trabajar. No obstante, el personal del organismo se enfrenta al rechazo de las familias, quienes no aceptan la beca para sus hijos.

Uno de los factores causantes de este comportamiento podría ser la cultura, ya que hay familias que por generaciones han normalizado el trabajo infantil. De hecho, se estima que una quinta parte de los niños que tienen una beca del DIF municipal, son hijos de adultos que también fueron niños que trabajaban en la calle.

«De los que ya tenemos en el programa, un 20 por ciento son hijos de padres que estuvieron también trabajando en situación de calle, y que bueno es el aprendizaje», indicó Sandra Corral, la directora.

Debido a esto, recientemente el programa de rescate de niños trabajadores, no solo se enfoca en entregar una beca económica, sino que pretende hacer entender a los adultos que el trabajo infantil no es normal.

«Ahora ofrecemos una terapia integral no solamente atendemos la problemática del retiro del niño y abastecerlo de inmediato», dijo. También se atiende a los padres, «para que entiendan que los niños siguen siendo niños, los papás somos los responsables de acercarle a la familia los medios de subsistencia», añadió.

De acuerdo con información de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, antes de 2020 la tendencia del trabajo infantil en Durango, era a la baja. Sin embargo, con la pandemia es a la inversa, aunque no se ha hecho una medición.

Israel Soto secretario del Trabajo admitió que «no hay ningún dato duro por parte de las instituciones que atienden este problema». Pero afirmó que es evidente un incremento «sobre todo de los niños que están en la calle». Las razones son la crisis económica, y obviamente la falta clases presenciales.

Los cruceros y las parcelas

Los cruceros y las parcelas son los principales lugares en los que se registra el trabajo infantil, en la entidad. Israel Soto informó que han recibido denuncias sobre niños que trabajan en campos agrícolas. Han acudido y hasta el momento no se ha confirmado el trabajo infantil, pero reconoció que «si hay algunos menores, pero no están trabajando, son acompañantes, son hijos de los jornaleros».

Refirió que el año pasado detectaron un caso, de un grupo de 10 adolescentes, menores de 16 años, que trabajaban en una construcción, por lo que fueron retirados.

Si bien el aspecto cultural es muy importante en Durango, para alcanzar a ver con la mayor amplitud el problema del trabajo infantil, no se puede negar que la pobreza, sobre todo la alimentaria, es un factor primordial.

Debido a esto, se reconoce que, muchos de las niñas y niños a los que se ofrece una beca para dejar de trabajar en la calle, regresan, ya que a pesar de su edad son importantes proveedores.

El secretario del Trabajo indicó que «estos niños, después de ser atendidos, de ser retirados de la calle, regresan a los pocos días en función de que muchos de ellos son el sostén de la familia».

La Secretaría del Trabajo no conoce cuántos niños trabajan en la calle en Durango, pero desde 2020 cada vez son más, incluso no solo son niños duranguenses, también se observa a niñas, niños y adolescentes foráneos.

De acuerdo con un cálculo de Aristegui Noticias, el trabajo infantil podría elevarse a tres millones 850 mil niñas, niños y adolescentes mexicanos, con edades de cinco a 17 años de edad. Esto significa un incremento de 16.5 por ciento, ocasionado por la pandemia.