Domingo de Ramos: fe viva en templos de Durango

Este fin de semana, la comunidad católica de Durango vivió con profunda devoción el Domingo de Ramos, una de las celebraciones más significativas dentro del calendario litúrgico de la Iglesia Católica.
Desde muy temprano, los templos de la capital comenzaron a recibir a cientos de feligreses que, con ramos benditos en mano, se prepararon para recordar la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén. Las ceremonias se caracterizaron por un ambiente de recogimiento, oración y esperanza.
Un ejemplo claro de esta vivencia se observó en el Templo de Nuestra Señora de Guadalupe, ubicado en el poblado 5 de Mayo. En este lugar, familias enteras se congregaron para participar en la bendición de los ramos. La misa, presidida por el párroco de la comunidad, incluyó una emotiva procesión simbólica donde niños y adultos alzaban sus palmas decoradas, demostrando el arraigo de esta tradición.
Domingo de Ramos fortalece la fe en la Iglesia Católica
El Domingo de Ramos no solo marca el inicio de la Semana Santa, sino que también es un momento clave para renovar la fe.
Durante las celebraciones en Durango, los sacerdotes invitaron a los fieles a vivir los días santos con reflexión, humildad y compromiso espiritual. Además, resaltaron la importancia de participar activamente en los próximos días litúrgicos, como el Jueves y Viernes Santo.
Significado espiritual de los ramos benditos
Los ramos benditos, generalmente elaborados con palma o ramas de olivo, tienen un profundo significado en la tradición católica. Representan la paz, la esperanza y el reconocimiento del reinado espiritual de Cristo.
Una vez bendecidos, estos ramos son llevados a casa por los feligreses, quienes los colocan en altares, puertas o espacios sagrados del hogar como símbolo de protección. La tradición indica que deben conservarse hasta el siguiente Miércoles de Ceniza, cuando se queman para obtener las cenizas del nuevo ciclo litúrgico.
En Durango, esta práctica se mantiene viva generación tras generación. Los templos se llenaron de colores, cantos y oraciones, mostrando que el Domingo de Ramos sigue siendo una fecha de gran unión y renovación para la comunidad católica.
Por: Pamela Estrada