El 80 por ciento del agua que cae a Durango por lluvias, las cuales por cierto han sido muy escasas, se escapa a otros estados mexicanos, e incluso de Estados Unidos.
La mayoría de la precipitación de agua que cae cada año en el estado se va hacia Sinaloa, Nayarit, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas, precisó Evenor Cuellar, ex investigador del INIFAP.
«Y mucha gente lo ignora», pero hasta Texas, llega el agua de Durango, indicó.
Por las características geográficas del estado, que está localizado en un área semiárida principalmente, la zona sierra es la de mayor captación de agua. Durango se encuentra a más de mil 800 metros sobre el nivel del mar lo cual reduce la capacidad de infiltración hacia el subsuelo, explicó.
Además, solo la presa Lázaro Cárdenas, conocida como El Palmito, tiene el tamaño adecuado para captar una importante cantidad de agua; puede almacenar casi tres mil millones de metros cúbicos de agua. De estos actualmente contiene mil 411.350 millones de metros cúbicos de agua, según el reporte de Conagua.
No obstante, «esa agua no se aprovecha completamente, ya que riega una parte de la región Laguna de Durango y de la Laguna, de Coahuila», indicó.
Aún así, el investigador comentó que hay agua suficiente para las necesidades de la población, esto incluye las actividades agrícolas y otros sectores productivos. Es decir que aunque se escapa el 80 por ciento de la que cae en lluvia, podríamos tener la necesaria, pero hay un uso irracional de esta y faltan sistemas de riego actualizados para la agricultura.
«El agua que se tiene en las presas pudiera ser suficiente para las áreas agrícolas, siempre y cuando hubiera sistemas modernos de riego, pero no hay, y no solamente es el riego sino la nivelación de tierras, la conducción del agua…»
Consecuencias de la fuga de agua
Además del agua que se va a otros estados, Durango también la pierde a través del desaprovechamiento así como la evaporación, sobre todo en las áreas tropicales y semiáridas. Esta situación tiene diferentes efectos, algunos muy evidentes, como la pérdida de vegetación.
«Al tener los ríos y las lagunas secos, estamos perdiendo la vegetación riparia, la vegetación nativa», afirmó Evenor Cuéllar, quien advirtió que también se genera una sobrepoblación de los agostaderos, por lo que hay un exceso de pérdida de cubierta vegetal en la parte boscosa.
A su vez, esta condición provoca que haya menos precipitaciones, alertó.
Refirió que la fuga de agua hacia otros estados es preocupante, por ejemplo la que llega a la región de las quebradas en Durango , abastece al estado de Sinaloa.
«El escurrimiento del agua en esta área es muy rápido, es la mayor cantidad de lluvia; sin embargo, el agua de las quebradas va a dar a Sinaloa, y es ahí donde alimenta las grandes presas que hay en ese estado», indicó.
Sobre las posibles respuestas a cómo evitar que el agua que llega a Durango se escape a otros estados, y pueda ser aprovechada en la localidad, indicó que se relacionan con aplicación de nueva tecnología.
«Es necesario introducir sistemas modernos de riego y al mismo tiempo hacer obras de retención y de captación de agua, todo eso nos va a ayudar a tener un ambiente más bonancible», señaló.
El investigador también mencionó la importancia de la cultura del cuidado del agua, así como plantar más arboles para generar mayores condiciones para que se presenten lluvias. Aunque si no se implementan formas para retener el agua, esta se irá a otros estados mientras que en la entidad hay escasez y sequía.