Durango vivió este 1 de junio una jornada electoral que combinó orden, expectativas contenidas y un cierre cargado de declaraciones cruzadas. Desde muy temprano, las autoridades electorales activaron los engranajes de un proceso democrático que marcaría un precedente: la posible reelección, por primera vez, de un presidente municipal.

Amanecer electoral: el arranque institucional

La actividad comenzó antes de que saliera el sol. A las 6:30 de la mañana, la Junta Local del INE dio el banderazo oficial para las elecciones en los 39 municipios del estado, abriendo también la ruta para renovar partes del Poder Judicial estatal y federal.

A las 8:00 a.m., el IEPC se sumó a las labores formales mientras, al mismo tiempo, las casillas electorales comenzaron a instalarse. Aunque algunos centros de votación enfrentaron retrasos por la ausencia de funcionarios, el sistema respondió con suplentes y sin contratiempos mayores. El ambiente era de orden y de baja participación.

Una mañana lenta: ciudadanía ausente en las primeras horas

Las primeras horas del día mostraron una afluencia escasa, muy por debajo de lo habitual en elecciones locales. Sin embargo, con el paso de la mañana, las urnas comenzaron a recibir más ciudadanos. En medio de este flujo intermitente, los principales candidatos y figuras políticas acudieron a votar:

8:30 a.m. El alcalde Bonifacio Herrera Rivera fue el primero en sufragar.

Posteriormente, José Ramón Enríquez emitió su voto en las elecciones locales y federales, acompañado por su esposa.

9:00 a.m.  Lupita Silerio, única mujer en la contienda por la presidencia municipal, acudió a la casilla de Gabino Santillán.

A las 9:15 Hector Sendel votó en la colonia José Maria Morelos sin reportar incidencias en el proceso.

9:30 a.m. El gobernador Esteban Villegas votó en Rinconada Sol, asegurando que existían condiciones para una jornada segura  en todo el estado.

10:00 a.m.  El independiente Emmanuel “Termi” Reyes acudió pese a rumores sobre su salud, el cual no se informó de qué se trataba.

10:15 a.m.  Antonio “Toño” Ochoa, acompañado por Jorge Romero y Ricardo Anaya, votó con seguridad y confianza en el respaldo ciudadano.

Finalmente, Francisco “Pancho” Franco acudió a la colonia Silvestre Dorador, conocida como la Obrera para emitir su voto.

A lo largo de la jornada, no se reportaron incidentes relevantes, salvo algunas revisiones vehiculares preventivas. Durango vivía un clima atípico: una elección en paz, pero cargada de tensiones soterradas.

Cierre de casillas y apertura de batallas discursivas

A las 6:00 p.m., las casillas cerraron; pero fue entonces cuando comenzó la contienda de declaraciones. Apenas 15 minutos después, Luisa María Alcalde celebró la ventaja de Morena en 22 municipios, entre ellos Gómez Palacio omitiendo Durango capital, lo que desató especulaciones.

A las 6:35 p.m., el PRI y PAN se declararon vencedores con más de 20 puntos de ventaja en la capital.

A las 7:15 p.m., José Ramón Enríquez y Morena ofrecieron una rueda de prensa donde denunciaron irregularidades y afirmaron haber ganado la elección local.

Pero a las 8:50 p.m., llegó el golpe definitivo:

Toño Ochoa, visiblemente satisfecho, afirmó que “las tendencias les favorecen y la cuenta es irreversible”. Agradeció al equipo que lo acompañó durante la campaña y prometió una versión mejorada de su administración, en lo que sería la primera reelección en la historia del municipio.

Reflexiones finales: una elección sin caos, pero no sin tensión

La jornada cerró en calma, pero cargada de simbolismo. Desde el orden institucional, pasando por la baja participación ciudadana, hasta el momento político que consolida una continuidad inédita en Durango, las elecciones del 1 de junio fueron todo menos comunes.

Y aunque algunos actores aún no reconocen los resultados, la ciudadanía habló con su voto. La historia de esta elección apenas comienza a escribirse.

Por: Víctor Salas