Por: Manuel Díaz
La arquidiócesis de Durango es amada por Dios porque cada año se tiene una cantidad importante de hombres que se inscriben en el Seminario para comenzar con su preparación como sacerdotes, compartió Marco Antonio Galindo, sacerdote y profesor del Seminario Mayor.
Cada año se contabiliza una cifra promedio de 40 hombres jóvenes para inscribirse en el Seminario Menor. El camino vocacional es largo y representa la oportunidad de cambiar para bien.
A diferencia de otras arquidiócesis que reportan la complicación para encontrar estudiantes para prepararse como sacerdotes, en Durango brotan los hombres jóvenes que tienen el deseo de servir a Dios.
El primer requisito para entrar al Seminario consiste en contar con la vocación de servir a Dios con la ayuda, el respaldo y compromiso que se debe de tener para ayudar al prójimo, para escucharle y guiarlo conforme a la palabra del Creador.
«Luego viene la edad, 16 años para quienes ingresen al Seminario Menor y 19 años para aquellos que vayan al Seminario Mayor», finalizó.