En el barrio de Tierra Blanca, una fábrica de dulces ha endulzado la vida de miles de personas durante décadas. Este lugar, lleno de historia y tradición, se ha convertido en un referente en la elaboración de dulces artesanales, especialmente en fechas especiales como el 14 de febrero.

Fábrica de Tierra Blanca, un legado dulce

Elaborar dulces no es solo un trabajo, es un arte. Hombres y mujeres duranguenses ponen todo su empeño en la producción de caramelos, mazapanes y, sobre todo, en las icónicas paletas de corazón. Ada Solís, trabajadora con 15 años de experiencia en esta mágica fábrica, expresa con orgullo su pasión por llevar dulzura a cada rincón de la ciudad.

Paletas de corazón, el dulce favorito del 14 de febrero

Cada año, la demanda de paletas de corazón aumenta conforme se acerca el Día del Amor y la Amistad. Estas golosinas, hechas con dedicación, son el detalle perfecto para expresar cariño. La fábrica de dulces en Tierra Blanca se distingue por la calidad de sus productos, asegurando que cada pieza lleve el amor y la pasión de quienes las elaboran.

Este emblemático negocio es un ejemplo de esfuerzo y tradición, manteniendo viva la esencia de los dulces artesanales en Durango, sobre todo de los corazones.

Por: Víctor Salas