Por: Manuel Díaz

Existieron épocas en Durango donde se registró un 50 por ciento de pobreza extrema y un 11 por ciento de pobreza moderada, “ojalá que no regresemos a ese tiempo”, ahora que se padece una crisis económica a consecuencia del COVID-19, informó Jaime Rivas Loaiza, titular de la Secretaría de Bienestar del estado de Durango (Sebised).

Los altos niveles de pobreza fueron disminuidos paso a paso entre los habitantes de Durango, pero estancarse en la economía a consecuencia del COVID-19, significaría retroceder en la calidad de vida de los ciudadanos.

Para evitar un crecimiento de pobreza, se implementa un plan económico en colaboración con los 39 alcaldes y a través de la mezcla del recurso que se resuelvan los problemas en la distribución de agua potable, instalación del drenaje, aumentar la instalación eléctrica, construir un cuarto adicional, techo seguro y la colocación de piso firme.

También, Rivas Loaiza, manifestó que al no existir trabajo y tampoco ingreso monetario en una familia, por consiguiente se genera un disminución en su poder adquisitivo.

Reconoció que no se podrán resolver problemas de manera inmediata al disminuir la capacidad de compra en las familias, porque al no resolver satisfactores económicos, se afecta la calidad de vida de las personas que no cuentan con empleo.

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