Por: Brenda Maurer

La pandemia de COVID-19 ha dejado un número importante de huérfanos de padre y madre, los cuales son niños y adolescentes que sufren conflictos emocionales, porque, además, la familia que los acoge no está lista para resolver la parte afectiva, a lo que se suman las complicaciones económicas, señaló el secretario ejecutivo del Sistema Nacional de Protección a Niños, Niñas y Adolescentes (Sipinna), Armando del Castillo Herrera.

Es una realidad que integrar a un nuevo miembro a la familia, al hacerse cargos de un niño o niña que perdió a sus padres, se puede tornar difícil el desempeño habitual en el hogar.

«Ante estos escenarios, hoy nos toca a las instituciones, a los gobiernos y a la misma sociedad hacer un frente común, en una sola directriz, para que podamos acercar los apoyos y beneficios disponibles, que faciliten el atender a los niños, niñas y adolescentes que han quedado huérfanos a causa del COVID», señaló.

“Ponemos especial énfasis, al hablar de la población de primera infancia, es decir, de los cero a los cinco años y 11 meses. Este renglón es fundamental y aquí tenemos que atender desde la parte de salud, educación inicial y todo lo que representa esta etapa de desarrollo indispensable para el menor”, refirió.

Finalmente, comentó que en Sipinna ha trabajado mucho con las familias que se hacen cargo de los niños que han quedado en situación de orfandad materna y paterna a través de diversas instituciones.

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