Aunque la falta de lluvias es una de las mayores preocupaciones para el sector agrícola, el incremento de insumos como semillas, fertilizantes, combustibles y mano de obra también representa una amenaza para la rentabilidad del campo en el próximo ciclo agrícola en Durango.

Según explicó el regidor Pedro Silerio, los costos por hectárea se han disparado hasta en un 50%, mientras que los precios de venta del producto, como el frijol, no alcanzan para cubrir estos gastos.

“El problema no va por el precio de cosecha, que fue de 27 pesos el kilo, pero se estuvo vendiendo en 18 pesos. No hubo coberturas ni precios de garantía. Se encareció la mano de obra, el diésel, la gasolina, los agroquímicos y las semillas”, señaló Silerio.

El aumento en el precio de los insumos compromete seriamente la rentabilidad del campo, especialmente en zonas de temporal, donde la inversión es riesgosa ante la incertidumbre climática.

Además, los fertilizantes han tenido un aumento considerable en su costo, lo que impide que muchas tierras sean fertilizadas adecuadamente. Sin embargo, el regidor informó que el gobierno federal trabaja ya en programas de apoyo para la dispersión de fertilizantes, en preparación para la próxima siembra.

“Es complicado el tema económico, cualquier insumo implica una carga. Afortunadamente ya se está trabajando en programas de gobierno para apoyar con fertilizantes”, indicó.

Finalmente, destacó que la falta de lluvias sigue siendo el factor más preocupante, ya que, de no registrarse precipitaciones suficientes, el impacto en los cultivos será severo.

El aumento de insumos, sumado a la incertidumbre por las lluvias, pone en jaque la rentabilidad del campo en Durango, afectando directamente a los productores agrícolas locales.