Como cada año para las diferentes celebraciones religiosas que conforman la Semana Santa, los duranguenses se dieron cita al corazón de la ciudad capital para conmemorar el Domingo de Ramos junto con su tradicional procesión desde el templo de Nuestra Señora de San Juan de los Lagos hasta la Catedral Basílica Menor..
El arzobispo Faustino Armendáriz Jiménez indicó que esta fecha tiene como fin reencontrarse con Dios y con uno mismo.
“Es cierto que el corazón de la humanidad de alguna u otra manera se ha endurecido y lo vemos no solamente en el mundo: masacres completas, guerras sin sentido, ideologías que matan hasta a los más vulnerables en el seno de su madre, manifestaciones que defienden causas que violentan a los demás y dañan a terceros, expresiones de odio. Y hoy, en medio de todo este ambiente, está el evangelio del amor, el evangelio de Jesús”, expresó.
El líder de los católicos en Durango, pidió a la ciudadanía que durante estos días recordemos que en las manos de Dios están todas aquellas personas que están atravesando por algún sufrimiento.
Además, como se hace cada año, explicó que las palmas son signo de victoria y eternidad, por lo que recalcó la importancia de estar en comunidad y asumir una corresponsabilidad para propiciar el diálogo.
Por: Fabiola Nevárez
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