Durante la Semana Santa, las calles de Durango se llenan de color, creatividad y una peculiar tradición: los muñecos de Judas Iscariote. Estas figuras, elaboradas artesanalmente por ciudadanos locales, representan al apóstol que traicionó a Jesucristo, y son parte de una costumbre que mezcla la sátira, la diversión y la reflexión religiosa.

Cada año, estos muñecos de Judas Iscariote aparecen en los cruceros de la ciudad. Los artesanos que los elaboran suelen pedir monedas a los automovilistas para recuperar lo invertido en su creación. Algunos usan carteles con frases graciosas o gestos exagerados para llamar la atención y arrancar una sonrisa.

Los muñecos no solo representan a Judas. También hay versiones que parodian a figuras públicas como Donald Trump, el portero Malagón, personajes del folclore mexicano como el diablo, e incluso villanos de moda. Cada uno tiene un toque humorístico que los hace irresistibles al ojo curioso.

Muñecos de Judas Iscariote toman las calles en Semana Santa

Esta tradición no solo es una forma de entretenimiento. También tiene un fondo cultural y religioso importante. Quemar al muñeco el Domingo de Resurrección simboliza el rechazo a la traición, recordando el acto de Judas Iscariote contra Jesús.

Entre risas y reflexión, Judas Iscariote vuelve cada año

Aunque los muñecos puedan parecer graciosos o incluso burlescos, su esencia invita a reflexionar sobre el valor de la lealtad, el arrepentimiento y la redención. Así, Durango mantiene viva una costumbre que educa y divierte al mismo tiempo.

Una tradición que, sin duda, forma parte del alma de la Semana Santa duranguense.

Por: Víctor Salas