La pobreza no es tan clara hasta que se siente en el estómago, por eso Juan, un padre de familia desempleado decidió pedir ayuda para llevar alimentos a casa.
«Está muy duro, sin empleo, andamos buscando y no se encuentra», explicó mientras esperaba su turno en la asociación C.A.S.A, donde aceptaron darle una bolsa con despensa, aunque no estaba anotado en la lista previa.
Admitió que la pobreza ha incrementado, principalmente debido al desempleo provocado por la pandemia.
De acuerdo con Unicef en nuestro país el 55.5 por ciento de los hogares tiene algún grado de inseguridad alimentaria, lo que significa la incapacidad para satisfacer las necesidades de alimento mínimas.
Dicho problema ha significado un factor de riesgo importante en medio de la pandemia, la cual ha provocado una crisis económica que ha hecho más difícil que las personas tengan alimento.
La gravedad de la situación es tal que, el padre de familia dice que planear una nutrición balanceada o apropiada para sus hijos pasó a segundo término, porque la prioridad es que tengan algo que comer.
«Ahorita habiendo frijoles y un huevito ya es ganancia, ahorita ni modo de llevar una dieta con qué, no hay manera», dijo. Por esto está consiente de que, si alguien de sus familiares llegara a padecer una enfermedad, sería imposible tener una alimentación acorde. «No se podría, está muy difícil».
En este contexto el grupo más vulnerable son las niñas, niños y adolescentes, quienes por cierto desde el 23 de marzo pasado no asisten a las escuelas, lo que afectó a la distribución de alimentos que se entregaban en más de 80 mil escuelas de los 32 estados del país.
Así como servicios de alimentos que se ofrecen en las escuelas de tiempo completo. Ambos programas se habían convertido en esenciales para reducir la afectación nutricional de las niñas y niños, por lo que al detenerse se prevé un evidente incremento de la desnutrición infantil.
Para los padres de familia, esto no pasa desapercibido, pero no hay posibilidades de mejorar la alimentación de sus hijos.
Juan lo lamenta pero afirma que su propósito a diario es que «simplemente llenen su estómago y no tengan hambre, no tanta importancia la nutrición, sino el hecho de poder alimentarse aunque sea con algo».
La mayoría de las personas que se acercan a pedir ayuda alimentaria destacan que «no hay trabajo» y por lo tanto no hay dinero para comprar lo básico, incluso alimentos.
La mayoría de las personas que se acercan a pedir ayuda alimentaria destacan que «no hay trabajo» y por lo tanto no hay dinero para comprar lo básico, incluso alimentos. Otra persona entrevistada, quien prefirió omitir su nombre, también narró que en el último año no ha encontrado trabajo.
«Por la pandemia, ahorita me dicen ande ahorita está la pandemia señora», y no la emplean como antes que lavaba ropa y aseaba casas.
Ella afirma que actualmente buscan algo de trabajo «de perdido para comprar uno tortillas», y a pesar de esto, señaló «uno, tiene que pagar agua, luz, y ahí anda uno que no sabe que hacer».
Ella igual que Juan admite que en estos momentos no importa tanto la calidad nutrimental de los alimentos que se pueden consumir, sino evitar el hambre.
«Ahorita lo que tenga uno se come, lo que le den de ayuda se come uno», recalcó.
De esta manera actualmente en los hogares de la localidad se come lo que se puede debido a la falta de dinero para comprar alimentos de diferente valor nutrimental. Además se sabe que en nuestro país es más económica una bolsa de churritos que una manzana.
La primera tiene un precio promedio de cuatro pesos en las tiendas de la capital, mientras que la fruta puede costar más de seis pesos.
Pero el problema de desnutrición no solo se presenta en esta localidad, en 2020 la Organización Mundial de la Salud estimó que tras la pandemia, la desnutrición podría causar la muerte de 10 mil niños más cada mes en el mundo.
Juan, es padre de tres hijos, pero está desempleado por ello no tiene forma de llevar el sustento a casa. «No hay absolutamente nada en la alacena, está totalmente vacía la verdad», dijo el hombre quien por cierto dudó acceder a la entrevista ya que admitió que se avergüenza de su problema de pobreza alimentaria.