El Palacio del Conde del Valle de Súchil es una de las construcciones más emblemáticas de Durango. Edificado en la segunda mitad del siglo XVIII por el maestro Pedro de Huertas, este palacio representa una de las mejores expresiones de la arquitectura novohispana, destacando por su elegante diseño y rica ornamentación.

Palacio Conde Súchil y su legado histórico

Encargado por Joseph Ignacio del Campo y Larrea, quien obtuvo el título de Conde del Valle de Súchil en 1774, el palacio ha sido testigo de múltiples etapas históricas. Durante el siglo XIX y parte del XX, tuvo distintos propietarios, pasando de ser residencia particular a tienda comercial. En 1985, fue adquirido por el Banco Nacional de México, restaurado en 1988 y, finalmente, abierto al público en 2011 como un centro cultural.

Hoy en día, el edificio alberga exposiciones, conferencias y otras actividades culturales, manteniendo viva su relevancia histórica en la ciudad de Durango.

Arquitectura novohispana en el Palacio

El Palacio del Conde del Valle de Súchil presenta elementos característicos de la arquitectura novohispana, como los estípites en la portada, columnas clásicas y una profusa decoración rococó. Su diseño está influenciado por el Palacio del Santo Oficio de la Inquisición en Ciudad de México, con su distintiva fachada achaflanada o “pancoupé”.

Otros detalles notables incluyen:

• Ornamentos rococó, como frutos, flores y cornucopias.

• Pinturas originales del siglo XVIII, visibles en la escalera principal.

• Puertas talladas en madera, conservadas desde su construcción.

• Arco con clave colgante, un desafío arquitectónico sin apoyo en columnas.

Este palacio en Durango es un referente clave del legado colonial mexicano, combinando historia, arte y cultura en un solo espacio.