En el municipio de Durango se vive una situación muy difícil y complicada, se podría considerar de catástrofe porque ha transcurrido un año sin que caiga lluvia fuerte, las pocas que han caído han sido muy ligeras.

En este momento se tiene un panorama de mucha esperanza, la atmósfera comienza a cargarse de humedad, hubo algunas precipitaciones muy ligeras que no se consideran un respiro, pero sí una esperanza, no resuelven nada todavía, fue de esta manera como lo expresó Pedro Silerio, regidor de la actual administración.

“En los recorridos que se han realizado al medio rural es muy lamentable ver cómo la gente anda buscando agua y haciendo la lucha, pero desafortunadamente la gente y el ganado se están quedando sin agua”.

En relación con los precios de las pacas de alimento para el ganado, se han incrementado drásticamente, el regidor dice que de manera afortunada la misma gente comercializa, hay oferta de forrajes y no hay una carestía total así que esto nos da la oportunidad de continuar aunque a unos costos muy elevados, prácticamente no se soportan los precios en la ganadería, sin embargo, cuando alguien está inmerso en esto no lo queda de otra más que seguir adelante.

Hay localidades que no tienen agua o su abasto ya no les alcanza y la tienen que racionar a tal grado de que solo es para el consumo. La esperanza existe con este pronóstico de lluvias que al parecer será normal y esto significa unos 50 o 60 milímetros que podrían estar lloviendo en el mes de junio y esto se traduce en un gran respiro.

Por: Víctor Salas