El incremento en el número de vendedores informales refleja una realidad económica preocupante: las familias, pese a tener empleo, ya no logran cubrir sus necesidades básicas debido a la pérdida de poder adquisitivo. Según Humberto Santana, presidente de la comisión de actividades económicas, este fenómeno se ha acentuado a pesar de los incrementos al salario mínimo pues al ya no completar los gastos básicos, las personas venden lo que pueden.
Esto es lo qué más venden
El regidor capitalino explicó que muchas personas buscan un ingreso extra ofreciendo productos, especialmente comida, para complementar su economía. «Aunque reciban los mismos centavos en sus trabajos, no les alcanza. La gente está desesperada, entonces venden lo que pueden aunque sea en la informalidad», afirmó.
Este panorama obliga a muchos ciudadanos a salir a las calles y organizarse, a menudo sin conocer el procedimiento para solicitar los permisos necesarios para ejercer el comercio en vía pública.
Regulación y permisos para vendedores informales
Humberto Santana señaló que los inspectores municipales tienen la responsabilidad de informar a los vendedores sin permiso sobre la importancia de regularizar su situación. Los permisos iniciales otorgados son por tres meses, permitiendo que los comerciantes evalúen si su negocio es sostenible antes de renovarlo.
El objetivo es crear un balance entre apoyar a las familias que buscan alternativas económicas y mantener el orden en las actividades comerciales en la vía pública.