Por: Brenda Maurer

Este 12 de diciembre, la celebración a la Virgen de Guadalupe también se vio afectada por la pandemia de COVID-19, de tal manera que no se pudieron realizar las tradicionales peregrinaciones, danzas, misas y mañanitas; el santuario de Guadalupe en Durango, mantuvo cerradas sus puertas para evitar que esta fiesta de los mexicanos se convirtiera en un foco de peligro.

Fue en el programa “El Averiguadero”, que se trasmite por Canal 15, en donde se abordó el cambio en esta celebración derivado de la presencia del Coronavirus, para lo cual estuvo presente el padre Noé Soto, vocero de la Arquidiócesis de Durango y Magdonio Ruíz Ruíz, integrante del Club Centro Deportivo Guadalupano.

Madre de todos los mexicanos

La Virgen de Guadalupe ha acompañado toda la vida al pueblo de México en toda su historia, el acontecimiento viene desde 1531 cuando se daba el momento del mestizaje y el sentirnos acompañados por la Virgen María en esta advocación bellísima de Guadalupe como una más de nosotros, por su mestizaje y por su amor, y esta en la historia de México, por lo que para todos ha sido un signo de identidad.

El padre Noé, explicó que el amor guadalupano mueve a los mexicanos en el país y en el extranjero; «hay que ver por ejemplo, quienes viven en Estados Unidos, como la Virgen los une para conservar su identidad mexicana; además en otros países también se le tiene mucho amor a la “Morenita” por su ternura, por la madre cercana que tenemos y porque necesitamos de alguien que nos proteja y nos cuide desde el cielo».

Dijo que es a la Virgen de Guadalupe a quien más se encomienda el mexicano y a quien más favores se le pide, particularmente hay un amor muy grande por ella, porque somos cristianos y el centro de la fe es Cristo, «pero ella es su madre, quien vino al cerro del Tepeyac y se quiso quedar con nosotros; por eso el mexicano acude a ella en los momentos de alegría, tristeza, de fraternidad y solidaridad, esto quiere decir que mi fe en ella me hace ser mejor con el prójimo”.

Antorcha Guadalupana

En 1958, 10 jóvenes deportistas e inquietos del municipio de Pueblo Nuevo, tuvieron el deseo de que la “Madre Santísima” les diera su cariño y les aliviara el dolor.

Don Magdonio Ruiz, recuerda que en ese entonces la mamá de uno de los compañeros enfermó y la desahuciaron; así que los 10 se unieron para pedirle a Dios y a la Virgen de Guadalupe que le concediera su salud y ellos se movieron para realizar el primer recorrido de la Antorcha Guadalupana.

Algunos de sus fundadores son: Paulito y Néstor de los Ríos; Porfirio Burciaga, Baldomero Soto, Pedro de Santiago, Arturo Guerrero, también estaba “el hombre mosca” Raúl Pérez, así como Gilberto Yescas y Felipe Martín del Campo. Armando Yescas fue otro de los pilares ya que él se sumó al siguiente año junto con Fermín de los Ríos.

Don Magdonio resaltó que este Club Centro Deportivo Guadalupano, siempre se ha distinguido por el respeto al prójimo y por ayudarlos, además de realizar tareas en beneficio de la comunidad todo el año.

El recorrido que se hace con la antorcha “no es solo correr por correr, es estar con Dios, con la Virgen de Guadalupe, venerándolos siempre”.

En un principio, la ruta era de Durango a El Salto, para 1962 fue ese mismo camino pero de ida y vuelta. Después creció el club y eran más de 50 integrantes, por lo que la distancia ya no era para ellos un sacrificio y decidieron ampliarla hasta Fresnillo, Zacatecas.

Desde la fundación del Club, este año 2020 es el primero que suspendió el recorrido de la antorcha.

Fe y pandemia

El vocero de la Arquidiócesis, consideró que esta pandemia tiene que llevarnos a ser más sensibles con las necesidades del otro, también al cuidado de la salud, porque ahora vemos como hay que cuidar a papá, a mamá, a los abuelos, a todos; y eso es bonito porque hay que recordar que un 10 de diciembre, la Virgen se le manifestó a Juan Diego y un 12 de diciembre él salió a buscar a un sacerdote porque su tío estaba enfermo, pero al pasar por el Tepeyac lo quiso rodear.

Luego, ella se le manifestó y le dijo: “No estoy yo aquí que soy tu madre, que no soy yo tu consuelo, que no tienes que recurrir a mi precisamente en estos momentos” y ella va a la casa del tío de Juan Diego y le curó.

Con esta pandemia nos sentimos angustiados y con dificultades porque muchos están enfermos de COVID-19, muchos atienden a estos enfermos en los hospitales, así que es un gran momento para recordar lo que ella dijo, «la fe a eso nos ayuda».

«Obviamente no vamos a caer en esta fe de tipo mágico que viene y nos cura, pero si tenemos que sentir la cercanía y protección de una madre que cuidándome yo, me cuida ella”.

Oraciones en el hogar

Debido a que por la pandemia el Santuario de Guadalupe se mantuvo cerrado este 12 de diciembre, fue muy importante el que las familias pudieran expresar su amor y agradecimiento desde el hogar a través de altares que se colocaron y también las oraciones.

Don Magdonio, señaló que en esta ocasión los integrantes del Club hicieron su santo rosario en El Salto, toda vez que no pudieron hacer su recorrido; pero cada hogar hizo su rosario para dar gracias, “en mi casa, mis hijas hicieron un rosario con veladoras y al centro la Santísima Virgen de Guadalupe”.

Finalmente, el Padre Noé exhortó a la población a que sigan su devoción a la Virgen desde casa, juntándose las familias para hacer oración ya que ahora no se puede hacer de manera pública porque hay que cuidar la salud de todos, “ya en los años que vienen lo haremos con el doble de fe y de amor”.