Claudia Sheinbaum Pardo se convirtió este 1 de octubre en la primera presidenta de México en ser electa en un contexto político que históricamente fue dirigido previamente por 65 varones presidentes.
Durante su discurso en la toma de protesta, recordó que se inicia el segundo piso de la Cuarta Transformación de la vida pública de México, y después de 200 años de la República y de 300 años de la Colonia, por primera vez llegan las mujeres a conducir los destinos del país.
Expuso que durante el curso de la historia las mujeres fueron relegadas en contextos en los que únicamente eran destacables los logros de los hombres:
“Hoy sabemos que las mujeres participaron en las grandes hazañas de la historia de México desde diferentes trincheras y también sabemos que las mujeres podemos ser presidentas y con ello, hago una respetuosa invitación a que nombremos presidenta, con A, al igual que abogada, científica, soldada, bombera, doctora, maestra, ingeniera, porque como nos han enseñado solo lo que se nombra, existe”.
En ese sentido, reconoció a las heroínas de la patria y a las heroínas anónimas, a las mujeres que son invisibilizadas
“Las que lucharon por su sueño, lo lograron. Las que lucharon y no lo lograron, llegan las que pudieron lanzar la voz y las que no lo hicieron, llegan las que han tenido que callar y luego gritaron a solas. Llegan las indígenas, las trabajadoras del hogar que salen de sus pueblos para apoyarnos a todas las demás, a las bisabuelas que no aprendieron a leer y a escribir porque la escuela no era para niñas”.
En un contexto de paridad de género: de las 22 dependencias de su gabinete 11 son encabezadas por mujeres y 11 por hombres, esto implica que las niñas, mujeres y adolescentes puedan aspirar a ostentar el máximo cargo en México.