En memoria de Rubén López Gallegos
Ante su partida física, recordamos de esta forma con algo que hicimos y publicamos en vida sobre algunos episodios de su paso por la tierra de este singular personaje y buen amigo.
Por: Pilar Aguilar
Durango., Dgo.- Como buen aficionado al “deporte ráfaga”, el gobernador Maximiliano Silerio Esparza no se perdía ni un solo juego de los Leñadores de Durango, pues era uno de sus más fervientes admiradores.
Pero no solo eso, al hijo predilecto de Rodeo, antes de cada encuentro le gustaba saber los antecedentes deportivos de los jugadores del equipo contrario, para desde el inicio saber a qué le iban tirando los locales.
Por tal motivo, la Dirección de Comunicación Social de su administración, a cargo de Ricardo López Pescador, cada ocasión que había juego enviaba a un amplio conocedor en la materia, para que consiguiera los datos de los basquetbolistas más sobresalientes y se los hiciera llegar al Mandatario, una vez que éste llegara.
Para cumplir con esa misión, López Pescador designó a Rubén López Gallegos, quien antes de ingresar a su equipo de redactores, había cubierto la sección deportiva para algunos medios de comunicación, por lo que de eso sabía bastante.
Claro que para tener la información lista para cuando arribara el Gobernador, López Gallegos llegaba al Auditorio del Pueblo desde una hora antes, la recababa y la entregaba al capitán Carlos Medina Leana, que era el jefe de escoltas de Silerio Esparza, el que se la llevaba de inmediato al interesado.
Hacia finales de 1996, justamente cuando un día en la noche que jugarían los Leñadores, Rubén hizo el trabajo acostumbrado, al ver acercarse al capitán Medina, le entregó un papel con las respectivas anotaciones, pero éste se sorprendió cuando el militar le dijo: el Gobernador quiere hablar contigo.
¿Qué haría mal?, ¿En qué me equivocaría?, ¿Me irá a correr?, ¿Me descansará?, eran algunas de las preguntas que se hacía silenciosamente López Gallegos en el trayecto del lugar, donde se encontraba el palco especial desde donde Silerio Esparza disfrutaba de los emocionantes juegos.
Pero el asustado muchacho, porque en ese entonces aún era joven, ya que estamos hablando de hace 20 años, estaba muy equivocado, ya que Maximiliano no lo amonestaría, lo quería para encomendarle una nueva y especial misión: Hacerse cargo de la oficina de prensa de la Procuraduría General de Justicia (PGJ).
Y es que a pesar de que en ese sexenio se combatió intensamente, a sangre y fuego el secuestro, así como otros delitos, en esos momentos la Procuraduría pasaba por momentos difíciles a causa de lo cual tomaba posesión como titular de la misma, Ismael Mejorado Oláguez y en la Dirección dela Policía Judicial del estado, asumía la responsabilidad Eulalio Aldama Enríquez.
Como las órdenes no se discuten, sino que se cumplen, López Gallegos llegó al edificio de la institución que se encontraba en la esquina de las calles 5 de Febrero y Reforma, para comenzar a desempeñar su nueva labor, en sustitución de Pedro Rodríguez.
Con ese buen humor que lo caracteriza, entre broma y broma, pero siempre desempeñando su tarea con acierto, el nuevo Titular de Comunicación Social se fue ganando la confianza y aprecio de los reporteros de la fuente, que dicho sea de paso, la mayoría lo conocían y más adelante revelaremos las razones.
Precisamente por lo “buena onda” de Rubén, al terminar su mandato, Silerio Esparza y quedar como gobernador Ángel Sergio Guerrero Mier, éste designó a Jorge Campos Murillo en la Procuraduría de Justicia y a Ramón Guzmán Benavente en la Policía Judicial, pero Rubén siguió al frente de la oficina de prensa.
Ante la invitación que el entonces procurador general de la República, Rafael Macedo de la Concha, le hizo a Campos Murillo para que tomara las riendas de una de las subprocuradurías, por instrucciones de Guerrero Mier, Moisés Moreno Armendáriz quedó como encargado del despacho, pero solo unos días, porque luego designó a Luis Celis Porras como Procurador y nuevamente Eulalio Aldama Enríquez fue llamado para que dirigiera la Judicial estatal, ante los resultados buenos que arrojó en su anterior periodo.
Con estos funcionarios, López Gallegos cumplió a cabalidad con su trabajo y aunque tuvo algunas desavenencias con Celis Porras, continuó su labor, incluso durante el último periodo de la administración guerrerista, ya que al renunciar Luis Celis, quedó como procurador Oliverio Reza Cuéllar, un amplio conocedor en la materia.
Yo solo les hago una pregunta, ¿Qué cosa es la que Rubén López no sepa hacer bien?, dijo una vez Reza Cuéllar, y es que aparte de escribir los boletines, en los eventos oficiales de la institución la hacía de maestro de ceremonias, de representante del Procurador en determinadas ceremonias y hasta de su dama, perdón, caballero de compañía.
Pero además, conocía sus antecedentes destacados en el deporte y otras “gracias”, pero sobre todo, su excelente relación con los periodistas que cubrían la labor de la Procuraduría, lo que contaba mucho.
En ese inter, la sede de la dependencia se cambió a su nuevo edificio, allá frente al restaurante «El Kilo», y le tocó estrenarlo a Reza Cuéllar, pero solo por corto tiempo, pues se presentó el cambio de poderes, Guerrero Mier llegaba al fin de su mandato, Oliverio se retira y durante algunos días quedó como procurador Juan López Ramírez, con el que Rubén también colaboró.
Poco después, con el nuevo mandatario estatal, Ismael Hernández Deras, este personaje continuó al frente de la oficina de prensa, pues aparte de que el director de Comunicación Social, Amaury Alvarado Reyes lo ratificó en el cargo, todos los reporteros de la fuente también se lo pidieron al nuevo procurador de Justicia, José Luis Carrillo Rodríguez.
A pesar de las broncas entre este alto Funcionario estatal y su directora de Averiguaciones Previas, Ruth Medina Alemán y posteriormente ante la crisis que sufrió luego de que uno de sus parientes políticos, su escolta, por cierto, mató por confusión a un compañero durante sonado operativo antisecuestros, López Gallegos manejó la situación con singular aplomo y profesionalismo, pues demostró que sabía perfectamente cuál era su misión.
Pedro Chávez Cibrián era el Director de lo que antes fue la Policía Judicial del estado, llamada después Policía Ministerial y en un momento determinado, Hernández Deras removió a Carrillo Rodríguez, Medina Alemán y al propio Chávez Cibrián.
Esas posiciones quedaron bajo el mando de Jesús Gutiérrez Vargas, Antonio Molina Ravelo y Rosauro Meza Sifuentes, respectivamente, con quienes Rubén trabajó a igual ritmo, pues lo mismo le daba que cambiaran cuantas veces quisieran de Procurador, ya que él tenía bien definida su tarea.
Luego Gutiérrez Vargas se separó del cargo para asumir la Magistratura que había dejado temporalmente y en su lugar llegó Daniel Agustín García Leal, con el que también Rubén laboró excelentemente, incluso, con Ramiro Ortiz Aguirre, que relevó al anterior en los últimos meses de la gestión de Hernández Deras, que es cuando cambia la figura de Procurador a la de Fiscal.
Durante el siguiente mandato gubernamental, el de Jorge Herrera Caldera, Ortiz Aguirre fue ratificado como Fiscal General y Rubén López en la jefatura de prensa, pero al asumir la Fiscalía, Sonia Yadira de la Garza Fragoso, Carlos Raymundo Enríquez Partida suplió a Rubén en la oficina de prensa.
Para los que no conozcan, que seguramente serán muy pocos, Rubén nació en Chalchihuites, Zacatecas y sus padres fueron el matrimonio formado por de Tomás López Chávez y María Elena Gallegos Ramírez.
Aunque algunos opinan que éste debió llamarse Melchor, Gaspar o Baltazar, pues nació el 6 de enero de aquél 1957, justo en el Día de los Santos Reyes, tal vez se les hicieron muy feos esos nombres y optaron por registrarlo como Rubén.
Seis años posteriores, Rubén y su familia se mudaron a Durango y como muchos otros niños, comenzó su preparación académica en la Escuela Primaria Bruno Martínez, al salir asistió a la secundaria número seis, ahora Esima, donde compartió aulas, entre otros, con Antonio Herrera Caldera, El Chino, Azucena Triana Martínez y Santiago Antonio Cardoza Nevárez.
Fue en el CCH Siberia, donde estudió la preparatoria y allí conoció a Zina Ruiz de León, Carlos Ornelas, El Talento, Adrián Barretero, Othón Pescador, Humberto Guerrero y otros muchos más.
Con el propósito de ser un abogado, como su hermano Guillermo, el joven zacatecano entró a la escuela de Leyes, donde conoció a Nahúm Medina Marrufo, quien ya egresado fue Delegado de la Procuraduría General de la República (PGR) en Tamaulipas, Director del Centro de Reinserción Social (Cereso) de Durango y alto funcionario en la Secretaría de Seguridad Pública, así como a Gelasio Mendoza Quiñones, quien llegó a ser Inspector General de Policía, Alfredo Ortega Silerio y muchos más de sus misma camada.
Pero resulta que eso del estudio como que no se le dio mucho a Rubén, pues cuando llegó al cuarto semestre, optó por abandonar la carrera, pero como lo anotamos en párrafos arriba, lo bueno es que sí le gustó trabajar.
Algo que también le agrada desde pequeño, es el deporte, porque desde los ocho años lo practica, ya que en primaria participó en la liga infantil de fútbol, en secundaria fue integrante de la selección y en la preparatoria fue de la selección de la Universidad.
En lo que respecta al basquetbol, también lo practica y contribuyó a la formación de varios equipos, como el del periódico Norte, que era propiedad de don Carlos Herrera Araluce, en los tiempos que lo dirigían Elías Mario Medina y Jesús Valdez Ruiz, fue destacado jugador en el equipo de la Procuraduría de Justicia, al lado de Martín Romero Galindo, Víctor Adolfo Valdez, El Chiquis, Guillermo Morán y otros.
En cuanto al billar, López Gallegos también, fue, es y seguirá siendo un vago, especialista en la carambola de tres bandas, el que jugó al lado de Juan Nepomuceno “El Nepo” Romero, Juan Maynez, Manuel Flores y muchísimos otros, tanto en el «Poolerama Durango», de Pino Suárez y Carlos León de la Peña y en «Escalibur», de don Tello Velázquez.
Rubén, quien precisamente cuando practicaba el básquet se ganó a pulso el mote de “Tiroloco”, porque apenas tenía en sus manos el balón lo tiraba al aro a lo pe….menso, tuvo la fortuna de jugar billar con personajes de la talla de don Carlos Galindo Martínez, quien fue Rector de la Universidad Juárez del Estado de Durango, Secretario General de Gobierno, Presidente del Tribunal Superior de Justicia, entre otros cargos.
También compartió la mesa de billar con don Eduardo León de la Peña Lares, que se desempeñó como Tesorero General del estado en la administración de Héctor Mayagoitia Domínguez, Secretario de Obras Públicas, Presidente municipal, un gran empresario y benefactor querido por los duranguenses.
El boliche también es uno de los deportes predilectos de Rubén, el que ha practicado durante muchos años y participó en varios torneos, sobre todo en los de la Amistad, con Alfredo Carrete Carbajal, Salvador Alvarez, Antonio Simental, conocido como «El Rebeco».
Tenis, frontenis, scqoach, son unas de las otras disciplinas que practicaba López Gallegos y aunque no tanto como en las demás, pero ha dejado su huella, por eso Reza Cuéllar hacía aquella pregunta, ¿qué es lo que Rubén no sabe hacer bien?
Pero no es todo, porque a este “estuche de monerías”, es común verlo los fines de semana o en temporadas de torneos, en las presas Guadalupe Victoria, Caboraca de Canatlán, en la Santiago Bayacora, Las Tórtolas, ubicada en Coneto de Comonfort, en la Laguna de Santiaguillo, siempre aventando el curricán para extraer la preciada pieza.
Pero eso sí, siempre ha respetado el tamaño y peso de los peces, para no convertirse en uno de tantos depredadores, es más, cuando su anzuelo lo llega a morder un pez pequeño, inmediatamente lo destraba, le da un besito y le dice: «anda, vete al agua y dile a tu papá o a tu mamá que venga, que aquí lo espero».
Dentro del atletismo, López Gallegos ha corrido los 100 y 200 metros, así como los 4 por 100, esto, en relevos y aunque no es un profesional en el motociclismo y ciclismo, también los practica.
En sus actividades periodísticas, hizo sus «pininos» cundo tenía 18 o 19 años, al inicio de la administración del doctor Mayagoitia Domínguez, justamente en la oficina de prensa, al lado de Emilio Matar, Antonio Villarreal Rodríguez y Rafael Herrera Piedra.
Posteriormente, colaboró en Noticias de la Laguna de la Organización Editorial Mexicana (OEM), con Blas Sosa Domínguez, también fue corresponsal de El Sol de México, Ovaciones, Notimex y apoyó a la corresponsalía La Opinión de Torreón, cuando el titular era José Herrera Lugo, hermano de don Nabor y padre de Rafael Herrera Piedra.
Otro de los medios en los que escribió Rubén, fue para el Sol de Durango, cuando Daniel Ramos Nava era Director, donde comenzó cubriendo la guardia y después fue auxiliar de Roberto Herrera Campa «El July», un especialista en deportes al que le aprendió mucho.
En la época que laboró en El Norte, el director era Jesús Valdez Ruiz, posteriormente Alfonso Bautista y sus colegas reporteros, Benito Ortega, Amaury Alvarado, Eduardo Castro Romero «La Gallina”, Juan Antonio Valles, Jorge Salazar Betancourt, conocido como «Lupo Salazar», Rubén Cárdenas y algunos más.
A invitación del Delegado dela Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), Rafael Sarmiento, López Gallegos estuvo como Jefe de Prensa de esa dependencia, le siguió con Héctor Ariel Rodríguez Cortez, Arnoldo García Treviño y Héctor Chivardi.
También estuvo en la oficina de Comunicación Social con el alcalde Jesús Flores López y en el DIF Municipal a cargo de Guillermina Gamero de López, entre algunos otros cargos.
Después de que a principios de la administración de Herrera Caldera, salió del departamento de Prensa de la Fiscalía, fue designado con la misma responsabilidad, pero en la Dirección de Transportes del estado, con José María Alcántar al frente, en seguida llegó Guillermo Arce Valencia y lo sostuvo, al igual que Luis Francisco Arroyo Reyes y después Juan Soto Ledezma.
En síntesis, son ya casi cuatro décadas las que Rubén ha trabajado como comunicador y en oficinas de prensa, a través de las cuales se ha ganado algunos reconocimientos, como el «Fray Nano», que otorga la Federación Mexicana de Cronistas Deportivos por 25 años de ejercicio periodístico.
Como testimonio de su labor, éste nos muestra fotografías con Maribel Guardia, con Huracán Ramírez, con el gobernador Silerio Esparza y Chuy Valdez, con el gobernador Armando del Castillo Franco, con «El Púas» Rubén Olivares, una donde aparece con los pescados que acaba de sacar, una más con su equipo de fútbol, también hay una con «El Ratón» Macías, con Oscar de la Hoya, con Jorge Villarreal Caravantes, con el presidente José López Portillo, con el presidente Carlos Salinas de Gortari, con «Nepo» y don Tello, con Luis Celis Porras y Eulalio Aldama, con Carmen Salinas y con algunas otras personalidades.
Claro, estoy de acuerdo, de «Tiroloco» hay mucho más que escribir, pues es toda una institución dentro de la comunicación y el deporte, pero para publicar la historia completa, se requiere muchísimo más espacio, pero sin dejar pasar que después la Dirección de Transportes, en la administración de José Rosas Aispuro y su jefe fue José Jorge Campos Murillo, hasta el 16 de septiembre pasado, cuando Dios lo mandó llamar.
Vaya como un homenaje póstumo este trabajo que realizamos y publicamos en vida, para que Rubén, «El Tiroloco», «Madaleno», «El Flaco», «El Pelón», «La Liga» o como usted quiera llamarle, lo lea junto con su compa «El Nepo», así como otros amigos que se le adelantaron, allá en el cielo.