Por: Pilar Aguilar
Pueblo Nuevo, Dgo.- Fátima Michel Salas Lozano, a sus 15 años de edad, y sin la preocupación de acudir a la escuela, dormía plácidamente en su domicilio del poblado San Jerónimo, ubicado en la sierra de este municipio.
Esto ocurría aproximadamente a las 06:30 horas del sábado 6 de junio, la que ante los ruidos extraños que escuchó, despertó sobresaltada y entre la oscuridad de la madrugada alcanzó a distinguir la silueta de un sujeto dentro de su habitación, lo que la alarmó bastante.
Luego escuchó una voz masculina que la reconoció de inmediato como la de su primo Edwin Fernando Lozano Salas, y el que en tono amenazante le decía que por las buenas o por las malas sostendría relaciones sexuales con ella, ante lo que la menor trató de incorporarse para salir corriendo.
Sin embargo, eso se quedó en mera intención, ya que el individuo se subió a la cama, se puso sobre ella y al tiempo que le tapaba la boca y nariz, le decía que no se opusiera porque la mataría, ante lo que Fátima Michel hacía todo lo posible por liberarse y también por evitar que la manoseara el tipo que con una mano la mantenía sometida y con la otra intentaba despojarla de sus prendas.
En un momento dado, la chiquilla logró quitarle la mano de su rostro y le gritó pidiendo auxilio a su papá Fausto Miguel Salas Blanco, un conductor de camión trocero que por haber llegado horas antes del viaje, también se encontraba dormido al lado de su esposa Olivia Lozano, en tanto que Valeria y Minerva, otras dos de sus hijas de 9 y 7 años de edad, respectivamente, hacían lo propio en otra habitación.
No obstante lo cansado que estaba, a los gritos de su hija el señor Salas Blanco despertó y corrió hasta el cuarto de la muchachita, donde encontró a su sobrino arriba de ella, por lo que procedió a defenderla y aunque tuvo la intención de darle un mal golpe, pues el tipo no entendía razones debido a que estaba visiblemente drogado, prefirió que las autoridades se hicieran cargo de la situación.
El padre de la menor pidió auxilio a la partida de elementos de la Policía Estatal (PE), éstos lo arrestaron y lo trasladaron a la ciudad de Durango, para dejarlo ante la Coordinación del Agente del Ministerio Público Foráneos, donde quien recibió la denuncia y al detenido fue Ernesto Trejo Salazar, representante social comisionado en El Salto, pero que en esos momentos atendía un asunto con sus superiores.
No está por demás comentar que el fiscal Trejo Salazar es un licenciado al que en este municipio y todos los lugares en los que ha estado es apreciado y respetado por la gente, ya que siempre está al lado de la ley y de los afectados por algún delito.
Una vez que se integró la carpeta de investigación por el delito de violación en grado de tentativa, en la que incluyó la acusación del padre de la menor afectada y la declaración de ésta, Edwin Fernando fue turnado a Juez de Control en Turno del Sexto Distrito Judicial con sede en El Salto, Sonia Rodríguez Rojas, en la que Fátima Michel y sus padres tenían la confianza de que el tipo fuera severamente sancionado por lo que hizo.
Pero el fallo de esta Jueza no fue el esperado por los agraviados y resto de la sociedad, ya que fue dejado en libertad, aunque el Agente del Ministerio Público integró perfectamente la carpeta y a pesar de los antecedentes del detenido, quien ha sido señalado de haber atacado sexualmente con anterioridad a otra menor y a una maestra, que hasta tuvo que abandonar el pueblo porque éste la amenazó de muerte.
Ahora, mientras que Edwin Fernando Lozano Salas, quien es adicto al cristal y al que ante tanta fechoría que comete siempre es defendido por sus padres Alicia Salas Blanco y Víctor Manuel Lozano González, se pasea tranquilamente por las calles de este poblado y otros aledaños, tal vez en busca de más víctimas, la familia afectada recientemente y otras de san Jerónimo viven con el Jesús en la boca, ante el temor de que sean atacadas sus hijas.
Pero el señor Fausto Miguel Salas Blanco, quien proporcionó los datos para elaborar este breve relato de terror, que también podría ser de impunidad e injusticia, tiene otra preocupación y es que ahora ha sido amenazado por los familiares de su sobrino, por haberlo sometido y entregado a la Policía Estatal, quienes hasta le dicen que lo van a mandar detener para que lo encarcelen.
Por todo lo que está pasando en el poblado San Jerónimo, quienes viven en esta comunidad están muy alarmadas y más porque Edwin Fernando anda nuevamente libre, ya que de los 21 años de edad que tiene, los últimos los ha dedicado a drogarse y con sus negativas acciones causar la intranquilidad.