Por: Pilar Aguilar

Poco después de las 16:00 horas del jueves en las redes sociales empezaron a verse videos de fuertes balaceras en la ciudad de Culiacán, Sinaloa, sin que de momento se estableciera la causa. Conforme pasaban los minutos se daba a conocer por ese mismo medio, que el motivo de los enfrentamientos entre militares y grupos armados era que tras un operativo, había caído abatido Ovidio Guzmán López y arrestado su hermano Iván Archivaldo Guzmán Salazar, ambos hijos el ahora preso y sentenciado a cadena perpetua Joaquín Archivaldo Guzmán Loera, exlíder del Cártel de Sinaloa. Su gente quieren rescatar el cuerpo de Ovidio que permanece en el anfiteatro de la Fiscalía sinaloense y liberar a Iván, al que se llevaron los soldados, era lo que se escuchaba en los audios y videos subidos por infinidad de personas a las redes sociales. Camionetas con gente armada, incluso con fusiles calibre 50 empotrados y disparando contra vehículos de la Sedena, de los que en uno de ellos se le vio recular para darle paso a otro de los sicarios. Luego se aclaraba que Ovidio no había muerto, sino que lo capturaron y que se hacía todo lo posible para rescatarlo, pues en los audios se podía escuchar que sus sicarios por radio le pedían a los militares que soltaran al muchacho, porque si no, irían matando de uno a uno a los soldados que habían sometido y tomado como rehenes, incluso a la familia de estos. Enseguida se apareció un video en el que circulaba un convoy de camionetas particulares con sujetos armados y entre estas, una de la Sedena, de la que se escucha una voz que dice: «Hasta una patrulla le quitaron a los guachos». Posteriormente, se mencionó que los pistoleros llegaron hasta la unidad habitacional de la zona militar para tomarla por asalto, hacer detonaciones, incluso de granadas, para secuestrar a algunos soldados y sus familias, que serían las que comentaron, tenían como rehenes. En el “operativo” organizado y ejecutado por la gente de los «Chapitos», según se comentaba en los mismos audios, participaron al menos cien vehículos ocupados por sujetos fuertemente armados. Luego se empezaron a ver a individuos tirados y sin vida, en medio de charcos de sangre, pero enseguida también circuló otro en el que se festejaba la supuesta liberación del detenido Guzmán López.  “¡Ya recuperamos al patrón, gritaban!”. Esto vendría a ser confirmado después por el gabinete de seguridad y en voz de Alfonso Durazo, secretario de Seguridad y Protección Ciudadana en el país, quien manifestó que al realizar un operativo  en el fraccionamiento Tres Ríos, elementos de la Guardia Nacional y Ejército Mexicano fueron agredidos a tiros desde una vivienda, que controlaron la situación y que dentro de ella encontraron a cuatro sujetos, entre estos a Ovidio Guzmán López, pero que ante la reacción violenta de sus allegados y para pacificar las balaceras, tuvieron que desistir de la acción, lo que se entendió como que fue liberado el arrestado, aunque el Funcionario no lo dejó muy claro. Al paso de los minutos se conoció que efectivamente, el hijo de «El Chapo» Guzmán estaba ya con su gente, que las presiones a punta de metralla, quema de vehículos y granadazos cumplieron con su objetivo y que finalmente los malos le ganaron a los buenos, al tiempo que un mando de los sicarios ordenaba a su gente que ya no tiraran balas, que todo estaba arreglado. Por la noche, el presidente López Obrador fue abordado por unos periodistas en la ciudad de Oaxaca, donde anda de gira y se negó a responder las preguntas que se le hicieron sobre el tema. «Hablamos mañana», les respondió en repetidas ocasiones. Sin embargo, en su “mañanera” de este viernes, admitió que tras la captura por parte del Ejército Mexicano de un presunto delincuente en Culiacán, se determinó dejarlo en libertad ante la violencia que se generó y para no poner en la vida de los habitantes de esa población. En síntesis: Ante la falta de labor de inteligencia de las fuerzas armadas, estas fallaron al ser doblegadas por los sicarios sinaloenses, que dicho sea de paso, demostraron una fuerza de ataque superior a la del Gobierno, al menos en este enfrentamiento. No obstante que en un principio se manejó el dato de que los Militares y Guardias Nacionales pasaban por la casa de donde los tirotearon después se dijo que sí se organizó un operativo para agarrar a Ovidio, quien tiene una orden de detención con fines de extradición, pero que al tenerlo en sus manos, no llegó la mentada orden y aparte se soltaron las balaceras, por lo que decidieron dejarlo en libertad. Esto ocasionó que en todos los espacios informativos de México y en muchos medios del mundo, el Gobierno de López Obrador fuera exhibido como muy débil, como sometido por un grupo delictivo y con falta de oficio para tratar un tema tan delicado como es crimen organizado, aunque él manifestó que la realidad fue para no poner en riesgo a los culiacanenses. No obstante que en el escenario del terror que se vivió en Culiacán, de cuyo penal de Aguaruto también se fugaron 27 reos, quedaron varios muertos, ninguna autoridad ha mencionado algo de eso y solo se dice que al hospital civil llegaron cuatro militares heridos y que en total, fueron 21 los lesionados, la mayoría civiles, pero no se habla de un solo fallecido… Si Dios quiere nos leemos nuevamente mañana y no se les olvide que yo les deseo el doble de lo que ustedes me desean a mí.