Órale! Qué Breves…
Por: Pilar Aguilar
Me parece que todas las voces que se han pronunciado en contra de la construcción de la ciclovía se están “poniendo el huarache antes de espinarse”, es decir, que critican una obra que aún no está terminada, pero que además, contiene un alto sentido social y de seguridad para muchos, aunque a algunos les parezca que no es así. Resulta que como cualquier tipo de obra que se realiza en la vía pública, durante su proceso ocasiona una serie de molestias, pero que al quedar totalmente concluida, todo vuelve a la normalidad, por lo que es hasta entonces que se verán y disfrutarán los grandes beneficios. Sobre la que se realiza actualmente en avenida Laureano Roncal, será un espacio por el que deberán circular exclusivamente los ciclistas, esos duranguenses que por ser de escasos recursos no tienen dinero para adquirir un automóvil o camioneta, vehículos en los que se puedan dirigirse de su casa al trabajo y viceversa, escuela o cualquier otro lugar, según sea el caso, aunque también les será útil y podrá ser usado por las personas que no por necesidad, sino que por deporte conducen costosas y modernas bicicletas, como son los integrantes de pedalistas que hacen su “rodada” principalmente los fines de semana, porque aunque regularmente lo hacen por carreteras, para llegar a estas tienen que circular por alguna calle citadina. En cuanto al tema de seguridad, es un hecho que con la ciclovía, los conductores de bicicletas podrán circular con un alto grado de certidumbre, sin miedo a ser atropellados por otro vehículo más grande, incluso por una motocicleta, como ya ha sucedido y a causa de lo cual unos quedaron heridos y otros fallecieron. Para ser más precisos, considero que son principalmente los ciclistas quienes serán los más beneficiados, al contar con un lugar seguro por el que pueden circular, es decir, es una obra con la que la posibilidad de que sean impactados por otra unidad disminuye considerablemente, por lo que opino que vale la pena ese proyecto, ya que estos hombres y mujeres de distintas edades que usan una bici, son ciudadanos con los mismos derechos que tiene una persona que maneja vehículos de lujo y también de los vecinos y comerciantes de toda esa calle, la que, por cierto, es una de las más anchas de la ciudad. Ojalá y que esos que han protestado por esa obra, se tranquilicen y relajen un poco para que tomen las cosas con calma, esperen a que la ciclovía sea terminada y se hagan los cambios de circulación de otras arterias paralelas, para que vean el beneficio real de esta. Y a propósito del tema, los clubes de ciclistas que existen en Durango, cuando antes deben dar su punto de vista, porque conocemos y hemos escuchado a varios criticar a los automovilistas por el poco respeto que demuestran para con los conductores de este tipo de frágiles vehículos, por lo que ojalá y se pronunciaran a favor de ese espacio seguro para todo ese sector… Si Dios quiere nos leemos nuevamente mañana y no se les olvide que yo les deseo el doble de lo que ustedes me desean a mí.