Por: Eduardo Ortega Solano 

A mediados del mes de septiembre, los líderes nacionales del Frente Amplio por Mexico, Marko Cortez del PAN, Alejandro Moreno (Alito) del PRI y Jesús Zambrano del PRD, estuvieron en Nuevo León, donde pidieron a sus diputados 14 del PRI y 14 del PAN que hicieran valer su mayoría en el Congreso para acotar las aspiraciones del gobernador Samuel García, negándole la licencia que le permitiría ser candidato de su partido Movimiento Ciudadano (MC) a la Presidencia de la República, además denunciaron que el mandatario estatal realiza una persecución política contra sus legisladores utilizando el “aparato del Estado” con el objetivo de beneficiar a Morena.

Sin embargo, el 25 del presente mes, el Congreso de Nuevo León aprobó a Samuel la licencia para separarse seis meses de su cargo para buscar la candidatura por MC, con una votación de 38 a favor y 3 abstenciones, la cual será efectiva desde el 2 de diciembre hasta el 2 de junio del próximo año. Seguramente el acuerdo se realizó, como se hace en estos casos, y por supuesto que no es negociando, ¡sino a billetazos! Mucho me recuerda cuando en el 2019 el Congreso de Baja California, de mayoría panista, aprobó ampliar el periodo del gobernador Jaime Bonilla, de dos a cinco años. Al final, el PAN buscando lavarse la cara expulsó a los siete legisladores que apoyaron este disparate, que a la postre fue revocado por la Suprema Corte.

Samuel García no está cómodo con el gobernador interino que nombró el Congreso: Arturo Salinas, panista y titular del Poder Judicial (ahora con licencia); argumenta que su nombramiento es ilegal, tanto así que la bancada de MC en la Cámara Baja pretende hacerle un juicio político. Por su parte, el secretario general de Gobierno, Javier Navarro, asegura que acudirá a la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) con el objetivo de promover una controversia constitucional, y esto no solo por instrucciones de Samuel, sino que tal vez lo ve como una afrenta personal, pues ya se estaba “relamiendo los bigotes”, sintiéndose gobernador, y es que la Ley le puede dar ese cargo por prelación, siempre y cuando la licencia solicitada no sea superior a un mes, de otra forma lo nombraría el Congreso,  pero parece que Samuel no conoce la Constitución de su estado. Todo parece indicar que el gobernador compró su licencia, pero no quién sería su sucesor, sin embargo, todavía es posible llegar a algún acuerdo o encontrar un tercero en discordia que acepte el Congreso y que le cuide las espaldas a Samuel, de otra forma tratará de dejar sin efecto la licencia

Dante Delgado dijo que Samuel García es una opción interna para abanderar la candidatura presidencial de MC y Ebrard una externa, sin embargo, Mario Delgado afirma: “No se le va a hacer a Dante tener como candidato a Marcelo, estoy seguro que seguirá apoyando el proyecto de la transformación”; Mientras tanto, Samuel podría quedar atrapado en este armadijo.

Ante esta hipótesis, el candidato tendría que ser el propio Dante, quien ya afirmó en una ocasión que se encuentra listo. Delgado Rannauro pudiera ser un buen candidato, pues tiene elementos para construir una buena historia. Como resultado de su gestión como gobernador interino en Veracruz, estuvo preso acusado de peculado, sin embargo, él siempre ha sostenido que se convirtió en preso político por enfrentarse al poder presidencial, una narrativa que muchos le pudieran creer, por supuesto no le daría para ganar, pero sí para obtener más legisladores, alcaldes y hasta gobernadores. Y la pregunta más importante: ¿a quién le restaría votos, a Morena o al Frente Amplio por México? Ese es el punto toral.