Por: Gilberto Jiménez Carrillo

En el escenario nacional no es tan fácil o posible lograr la participación del ciudadano y de la comunidad. Los canales de participación que se ofrecen tienen alcance restringido, cuando se supone que la participación abierta solo se da en el municipio como lugar natural donde actúan los ciudadanos en la búsqueda de sus metas de bienestar y es en él donde se concretan las acciones que determinan su futuro. Su calidad de vida debe estar en manos de la organización de la vida municipal y no de variables del orden nacional. Los servicios públicos, los establecimientos de educación y de salud, las vías, las actividades culturales y económicas de los individuos se ubican en el escenario municipal. En él, asumen el ciudadano y el sector privado el protagonismo que les corresponde en la búsqueda del bienestar y desarrollo. Por eso solo en el municipio es posible hacer realidad la democracia participativa y no hay democracia en un país sino en la medida en que la haya en la vida municipal.

Desde la llegada de Toño Ochoa a la presidencia municipal de Durango, la puerta de la modernización comenzó a abrirse y en consecuencia surgieron nuevas responsabilidades, objetivos, proyectos y, en pocas palabras, comenzó la construcción de un nuevo Municipio. El nuevo Municipio debe abrir y fortalecer canales de participación ciudadana. El nuevo Municipio debe encontrar los mecanismos para que la comunidad participe en la formulación de los objetivos y prioridades del plan de desarrollo municipal y encontrar también los mecanismos adecuados para que la comunidad vigile y ejerza el control oportuno y completo sobre la administración municipal y sobre la limpieza y eficiencia con que se manejan los recursos del municipio. El mayor reto del nuevo modelo de desarrollo es, sin duda, la reconstrucción de la comunidad en el municipio, para que ambos, comunidad y gobernantes, respondan y asuman las consecuencias de sus decisiones.

Pensando en lo anterior, los duranguenses de la capital del estado nos damos cuenta y vemos con agrado que el alcalde Toño Ochoa no pierde el tiempo, pues se ha convertido en el principal promotor de metas ambiciosas de desarrollo. Un ejemplo de muchos es sin duda la implementación del llamado presupuesto participativo. Este programa de participación ciudadana se ejerce en varios municipios de América Latina y en México desde hace varios años, pero en Durango no siquiera sabemos que existía. La Ley de Participación Ciudadana en algunas ciudades o municipios del país establece que toda persona tiene el derecho, individual o colectivo, de intervenir en las decisiones públicas. En este sentido, uno de los mecanismos de la democracia participativa, a través de los cuales la ciudadanía puede ejercer este derecho, es el presupuesto participativo.

En cuanto el proyecto se dio a conocer, fueron varias las organizaciones y asociaciones de vecinos, colonos y ciudadanos en general que se entusiasmaron ante una nueva expectativa de participación y de inmediato acudieron a las oficinas municipales a pedir información de cómo podían ser tomas en cuenta sus propuestas. Toño Ochoa logró despertar la apatía de una sociedad que estaba resignada a ser tomada en cuenta solo en tiempo de elecciones, pues los miles de personas que se interesaron, fueron escuchados.

Otro aspecto digno de relatar es que los proyectos aprobados no fueron sancionados por autoridades o funcionarios del Municipio, sino que la decisión de que el Gobierno municipal hiciera propias estas demandas, consistió en que fueran prioritarias y beneficiaran al mayor número de personas. Son muchos las vecinas y los vecinos de la capital que han ejercido los recursos de dicho mecanismo de democracia participativa para enchular sus colonias y barrios. La ciudadanía ya puede compartir su testimonio acerca de cómo dicho recurso ha servido para atender necesidades de su comunidad y ha transformado el entorno de diversas unidades territoriales…y eso que apenas se está comenzando. Son varios los aciertos que ha tenido Toño Ochoa en la búsqueda de construir un nuevo municipio, y si quedara alguna duda de ello, son varias las historias chulas que han sido posibles gracias a la implementación del llamado Presupuesto Participativo.

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