La comentocracia anti-López Obrador
Por: Gilberto Jiménez Carrillo
‘La comentocracia anti-López Obrador’ es el título de un artículo publicado en el periódico El Universal el 3 de febrero del 2018, en plena campaña presidencial y justamente cuando el hoy presidente Andrés Manuel López Obrador iba adelante en todas las encuestas. Su autor, Hernán Gómez Bruera, es profesor-investigador del Instituto Mora. Me permito reproducir algunas partes del escrito, ya que a cinco años de Gobierno las críticas, señalamientos, acusaciones, malos deseos y toda clase de ataques no han cesado en contra del señor presidente de la República, lo cual no ha sido suficiente para quitarle resplandor a un Gobierno aceptado por la gran mayoría de los mexicanos que están satisfechos con la actuación del licenciado López Obrador.
Durante casi 20 años, AMLO ha sido objeto, como pocos, de un esfuerzo por caricaturizar al extremo sus defectos y estigmatizarlo. Medios, intelectuales públicos y un sinnúmero de articulistas —los de siempre— comienzan a propagar una nueva narrativa antiAMLO que se centra en condenar sus alianzas políticas, desacreditar su autoridad moral para luchar contra la corrupción y presentarlo una vez más como un político antidemocrático. Cual, si los tarjetearan cada mañana, los comentócratas utilizan todos los mismos argumentos, los mismos conceptos y hasta las mismas palabras. Cuando comete el sacrilegio de tocar con el pétalo de una rosa a un articulista, se suelta un corifeo de ataques que al unísono lo condena como un intolerante y un autoritario. Padecemos un régimen de impunidad y corrupción donde la opacidad es la regla; pocos políticos tienen una trayectoria intachable.
Juntarse solo con los impolutos dejaría solo a cualquier candidato. Todos los partidos llevan a cabo operaciones oscuras para recibir dinero público o privado para financiar sus campañas. El corifeo lo sabe, pero presenta a Eva Cadena y a René Bejarano como la “prueba irrefutable” de que “AMLO no tiene autoridad para luchar contra la corrupción”. Estamos llegando al final de un Gobierno que se ha caracterizado por su desdén hacia la legalidad y la transparencia. Los priistas ponen y quitan jueces, remueven al titular de la Fepade y a la fecha no hay fiscal general, pero la comentocracia nunca se coordinó tan bien como para disparar contra AMLO por mandar al diablo sus instituciones o cuando critica su “desdén al Poder Judicial” por llamar a los magistrados “leguleyos” o por reprochar que ganen sueldos de 650 mil pesos.
En todo proceso de transición política lo viejo coexiste con lo nuevo; hay algo que no termina de morir y algo que no acaba de nacer. Quienes creen que las alianzas de AMLO o su cercanía a figuras del pasado lo desacreditan como opción expresan únicamente una opción personal. Opción que difícilmente cambiará porque obedece unas veces a prejuicios y otras simplemente a razones que solo las chequeras del poder pueden realmente explicar. Pasamos por un momento de realineamiento político en el que las identidades partidistas se han desdibujado; el transfuguismo y el oportunismo afloran en todos los frentes. En política electoral pocas veces tenemos la opción de votar por el candidato que cumple todas nuestras expectativas. Votamos por la mejor alternativa dentro de las existentes y en ello AMLO sigue siendo la más aceptable de todas. Puede ser que “todos estamos en el fango, pero solo algunos miran las estrellas”, como dijo Oscar Wilde. Para que se acuerden, AMLOy la 4T es el título del libro de Hernán Gómez Bruera que hace dos años se presentó en Durango, una presentación muy bien organizada y presentada que estuvo a cargo del inquieto y productivo Danielo Hernández Vela, joven promesa de Morena en Durango.
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