Por: Gilberto Jiménez Carrillo

El 1° de diciembre de 2021, la plaza central de la Ciudad de México, el Zócalo, comenzó a llenarse de simpatizantes del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO). Hacía dos años, desde su toma de protesta en el 2018, en que no había una convocatoria popular de tal dimensión. La gente llegó de todas partes del país y, luego de horas de espectáculos musicales, apareció el presidente. Sus seguidores estaban felices de ver a alguien a quien admiran como político y como autoridad moral. El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, goza de una enorme popularidad y niveles de aprobación muy altos.

En estos tiempos de redes sociales y de ataques permanentes, mantener tal aprobación es muy difícil y AMLO la ha mantenido, pero ¿cuáles son los pilares de la enorme popularidad que tiene AMLO, por qué es respetado por la burguesía y admirado por las clases populares? Las razones son varias y desde luego no alcanzaría este espacio para enumerarlas, lo cierto es que nuestro presidente cuenta con la admiración y respeto, incluso de personajes y actores políticos que no pertenecen a su partido, a su movimiento social y en épocas anteriores fueron sus detractores.

Una prueba de las muchas que existen para demostrar que nuestro presidente es querido y admirado por propios y extraños sucedió el pasado 20 de enero, cuando, en una visita de trabajo por la capital del estado, el gobernador de Durango, Esteban Villegas, elogió al presidente Andrés Manuel López Obrador al calificarlo como «el más grande transformador del país», cuyo sexenio, dijo, “quedará grabado en nuestros corazones”. Villegas le deseó al presidente de la República un cierre de sexenio exitoso. «Amor con amor se paga y su mandato presidencial quedará grabado en nuestros corazones por siempre. Usted, presidente, será recordado como el presidente del pueblo y como el más grande transformador de la historia moderna en México», dijo. Mirando al titular del Ejecutivo, Villegas le dijo que siempre tendrá las puertas abiertas de Durango, aunque ya no sea presidente de México y que le hubiera gustado conocer a López Obrador antes para «luchar junto con usted desde hace muchos años».

En respuesta a los elogios del gobernador, el presidente de la República le devolvió la cortesía aplaudiendo la gestión de Esteban Villegas Villarreal al frente del Gobierno estatal, afirmando que es un buen gobernador, esto después de firmar el acuerdo para la construcción de la Planta Potabilizadora en la capital y anunciar también otros grandes beneficios para la entidad como la cesión del nuevo Centro Penitenciario a la Federación y la ampliación de Programas del Bienestar.

Para lograr buenos resultados en la política y en la gestión pública, se requiere contar con gobernantes y funcionarios que hayan interiorizado los valores y posean una conducta íntegra, por eso no siempre se trata de seguir o ser parte de partidos o perfiles políticos. En el ejercicio del poder y de las convicciones han existido y existen personajes dignos e inteligentes, reconocidos por su valentía y espíritu incólume que no tuercen el camino frente a la compra de su conciencia, por eso el gobernador Esteban Villegas no tuvo empacho en declarar a voz en cuello que admira y respeta al presidente López Obrador.

En mayo del año pasado, Robert F. Kennedy Jr., sobrino del expresidente estadounidense John F. Kennedy, le envió una carta al presidente López Obrador expresándole, entre otras cosas, que además de compartir sus valores, admira los pasos que ha dado para dar mayor transparencia a su Gobierno, combatir la corrupción y reducir la desigualdad económica. Desde Lázaro Cárdenas no ha existido en la política de nuestro tiempo una figura más popular, admirada y respetada que el tabasqueño que hoy nos gobierna.

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