Guadalupe Victoria, Durango.– La comunidad de Antonio Amaro enfrenta con preocupación un panorama desolador: la presa San José, fuente vital de agua para la región, muestra señales alarmantes de sequía. Sus niveles han descendido de forma drástica y visible, y lo más inquietante es que aún faltan varias semanas para el inicio de la temporada de lluvias.

Los pobladores, acostumbrados a ver la presa como un espejo de agua y esperanza, observan hoy con asombro cómo el tiempo y la falta de precipitaciones han dejado al descubierto su lecho seco. La situación es reflejo de años consecutivos de sequía, que han afectado no solo los cuerpos de agua, sino también el ánimo y la economía de las zonas rurales.

En medio de la incertidumbre, la comunidad mantiene viva la esperanza de que el año 2025 sea generoso en lluvias y que la providencia divina favorezca nuevamente a las presas, lagunas y tierras de Durango.

Esta situación no solo invita a la reflexión, sino que representa un llamado urgente a cuidar los recursos naturales. El agotamiento de la presa San José es también una voz de alerta de la naturaleza, que nos recuerda la importancia de proteger cada rincón de nuestro entorno para las generaciones presentes y futuras.

 Por: Edsson Zamarripa