Guadalupe Victoria, Durango.- El 19 de febrero es el Día Internacional Contra la Homofobia en el Deporte, en homenaje al nacimiento de Justin Fashanu, el primer futbolista de élite en reconocer públicamente su homosexualidad en 1990.
Después de aquel hecho, Fashanu fue expulsado del equipo y objeto de burla por algunos de sus compañeros. Años después y tras una acusación falsa de violación, el jugador entró en una profunda depresión y se suicidó en 1998.
Lamentablemente, su historia no es solo la de un deportista que se animó a desafiar las reglas no escritas y a mirar de frente y con orgullo a una sociedad conservadora como la inglesa de los ochenta, sino que es también el recuerdo de todas las represalias (deportivas, sociales y legales) que tuvo por dicha osadía.
El caso de Fashanu invita nuevamente a repensar los valores y prácticas que imperan en varios deportes, donde las disidencias sexuales son condenadas mediante un abanico de castigos que abarcan la estigmatización, la burla, la segregación, la exclusión y la violencia física.
La forma hegemónica en que se ejerce la masculinidad instaura una serie de cualidades y comportamientos deseables que incluyen (además de la heterosexualidad cis) a la fuerza, la violencia, la virilidad, la dominación, etcétera. Como salirse de estos lineamientos trae aparejadas consecuencias, los varones aprenden desde chicos a no desafiar estas conductas y a ser parte de su reproducción.
Esta misma dinámica opera en torno a la homosexualidad: se castiga a quien se reconozca como homosexual, pero también a quien no se sume a esa condena y, en cambio, muestre aceptación y respeto.
Para que hechos como estos no se vuelvan a repetir, se celebra esta efeméride, para el fin de la discriminación por razones homófobas en el fútbol y en el deporte en general.
Por: Edsson Zamarripa