Guadalupe Victoria, Durango.-Don Alberto Reyes Ceniceros, de 83 años, quien se gana la vida con su música en las calles, no solo se gana unos pesos, sino que también comparte su talento y alegría con quienes lo escuchan. Para él, tocar su instrumento es más que un trabajo: es una pasión que le permite mantenerse en movimiento, sentirse vivo y conectar con la gente.

Originario de la comunidad de 2 de Abril, don Alberto trabajó en su juventud como pastor de ovejas y agricultor. Con el paso de los años, y de acuerdo con sus posibilidades, se traslada desde su comunidad hasta la cabecera municipal para trabajar de forma honrada. Aunque recibe apoyo de programas gubernamentales y cuenta con una familia conformada por su esposa, hijos, nietos y bisnietos, él busca seguir activo.

Don Alberto no es el único, en Guadalupe Victoria muchos adultos mayores desempeñan distintos oficios con perseverancia. Algunos venden dulces o fruta, otros trabajan en el campo, son reporteros, boleros o se dedican a múltiples actividades con las que contribuyen, tanto a sus hogares como a la comunidad.

Su ejemplo nos invita a valorar su esfuerzo, a reconocer su labor y, sobre todo, a reflexionar sobre la importancia de apoyar y respetar a quienes, con su trabajo honrado, nos enseñan que la edad nunca es un límite para seguir adelante.

Por: Edsson Zamarripa