El otoño de 2024 marcará el inicio del uso de un cargador universal en la Unión Europea. Después de meses en debate, el Consejo Europeo llegó al veredicto de obligar a todas las empresas de tecnología a adoptar el USB-C.

Esto ha traído sus repercusiones, tanto negativas como positivas. Mientras que los consumidores celebran el fin de una restricción entre dispositivos; empresas como Apple no están muy contentas con la decisión. Todavía más, creen que es un error tener este tipo de estandarización en la industria.

En un reportaje publicado en el Wall Street Journal, el vicepresidente de mercadotecnia internacional de Apple, Greg Joswiak, fue cuestionado sobre esta situación. Al respecto, Joswiak compartió sus puntos de vista y el de la empresa a la que representa.

Primero, ratificó que Apple seguirá las ordenes de la UE de acuerdo a lo decidido. Sin embargo, siguen renuentes a aceptar que este era el camino a seguir. De acuerdo con ellos, la existencia de cubos de carga y cables separados ya era una estrategia suficiente para una estandarización.

Además de esto, hizo un especial énfasis en que no habrá una reducción considerable en los desechos electrónicos. Según Joswiak, la cantidad de basura generada mantendrá las tendencias actuales y el impacto del cambio no será suficiente.

Otra de las reservas de los de Cupertino es respecto a la innovación. Es sabido que Apple siempre ha ignorado las tendencias y han creado bajo sus propios términos. Esta sería la primera ocasión en la que se ven forzados a seguir un cambio importante en materia de hardware.

El único tema que el vicepresidente no mencionó es si los iPhone con entrada USB-C serán exclusivos de la Unión Europea, o si ya piensan dar el salto de una vez por todas.

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