Una nueva forma de fabricar cemento que puede eliminar por completo las emisiones de efecto invernadero, ocho por ciento del total del mundo, fue ideada en el Instituto Tecnológico Massachusetts (MIT, por sus siglás en inglés).

Alrededor de un kilo de dióxido de carbono se libera por cada kilogramo de cemento hecho, señaló Yet-Ming Chiang, profesor de ciencia e ingeniería de materiales en el MIT, autor principal de la investigación, que se publicó en Proceedings, de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos.

Eso suma de cuatro a cinco gigatoneladas (miles de millones de toneladas) de cemento y de emisiones de dióxido de carbono, producidas al año en la actualidad, y se prevé que esa cantidad crecerá.

Ahora es muy barato de producir: cuesta sólo unos 13 centavos de dólar por kilogramo, lo que, según él, lo hace más económico que el agua embotellada.

Chiang y su equipo han pasado el año buscando enfoques alternativos, y se les ocurrió utilizar un proceso electroquímico para remplazar el actual sistema dependiente de combustibles fósiles.

Escala industrial

El nuevo proceso eliminaría o reduciría drásticamente ambas fuentes, sostuvo Chiang. Aunque han demostrado el procedimiento electroquímico básico en el laboratorio, requerirá más trabajo para producirlo a escala industrial.

En primer lugar, el nuevo enfoque podría eliminar el uso de combustibles fósiles para el calentamiento, sustituyendo la electricidad generada por fuentes limpias

Además, el nuevo proceso elabora el mismo producto de cemento. El equipo notó que tratar de ganar aceptación para uno nuevo sería una batalla cuesta arriba, considerando lo ampliamente utilizado que es el material y lo reacios que pueden ser los constructores.

En el nuevo proceso, la piedra caliza pulverizada se disuelve en el ácido en un electrodo y se libera dióxido de carbono de alta pureza, mientras el hidróxido de calcio (cal) precipita como un sólido en el otro. Se puede procesar en otro paso para producir el cemento, principalmente silicato de calcio.

El dióxido de carbono, en forma de una corriente pura y concentrada, puede ser fácilmente secuestrado, aprovechado para elaborar productos de valor agregado, como un combustible líquido para remplazar la gasolina, o utilizado para aplicaciones como la recuperación de petróleo o incluso en bebidas gaseosas y hielo seco.

El resultado es que no se libera dióxido de carbono durante todo el proceso, especificó Chiang. Al contrario, el emitido por las plantas convencionales está altamente contaminado con óxidos de nitrógeno, óxidos de azufre, monóxido de carbono y otros materiales que hacen que sea poco práctico fregar para que el dióxido de carbono sea utilizable.