El nanodron Smelling Nanoaerial Vehicle (SNAV), es capaz de detectar gases peligrosos en edificios derrumbados por terremotos o explosiones, además de identificar la presencia de víctimas en lugares difícilmente accesibles. El SNAV ha sido diseñado y desarrollado por los investigadores Santiago Marco y Javier Burgués, de la Facultad de Física de la Universidad de Barcelona y del Instituto de Bioingeniería de Cataluña (IBEC), de acuerdo con ABC.

El nanodron pesa 35 gramos, está dotado de sensores nanométricos de gases de tipo MOX, pueden responder a gases como el monóxido de carbono, metano, etanol, acetona, entre otros, con un umbral de detección del orden de una parte por millón en volumen, según el gas y tipo de sensor utilizado.

Debido a su tamaño, el SNAV puede atravesar agujeros y grietas, donde la fuente de emisión química se esconde en zonas poco accesibles. El objetivo del aparato es detectar gases tóxicos en operaciones de rescate. “SNAV puede detectar gases tóxicos e, incluso, los compuestos que exhalan las víctimas inconscientes. También es adecuado en la búsqueda de drogas o explosivos en lugares no accesibles de forma directa”, destaca el profesor Santiago Marco.

Para superar el efecto negativo de las turbulencias que podrían afectar al proceso de obtención de datos, el equipo de UB-IBEC ha aplicado técnicas de procesamiento de señal para obtener información útil de los sensores instalados en el nanodron.

El SNAV dispone de acelerómetros y giroscopios para la navegación sin precisión deseada para la localización, la función se basa en una serie de seis transceptores de radiofrecuencia para dirigir al nanodron a la posición deseada. En el futuro prevén desarrollar algoritmos de navegación bioinspirados que se basen en el comportamiento de insectos.