Conocida por sus propiedades beneficiosas como laxante natural, se recomienda comúnmente, aunque la preparación adecuada no siempre está clara. Expertos ofrecen consejos para maximizar los beneficios de la linaza y mejorar la salud intestinal.

El Instituto Nacional de Diabetes, Riñón y Problemas Digestivos de EEUU identifica diversos factores que pueden causar estreñimiento, como el retardo en el vaciamiento del colon, el movimiento lento de las heces y trastornos funcionales del tracto gastrointestinal.

Los síntomas incluyen evacuaciones infrecuentes, heces duras y dolor durante la defecación.

Según la Secretaría de Agricultura, el lino “es una planta herbácea de la familia de las lináceas”, pero las semillas son las que resultan más interesantes por sus propiedades medicinales. Éstas contienen aceite, mucílagos, albúminas, glucósidos, enzimas y agua.

La institución gubernamental explica que consumir linaza no sólo puede ayudar al coeficiente metabólico, sino que también es eficaz en producir energía celular, es decir, que los músculos pueden recuperarse más fácilmente tras una sesión de ejercicio.

La linaza, una planta herbácea, posee semillas ricas en aceite, mucílagos, albúminas, glucósidos, enzimas y agua.

Consumirla no solo puede mejorar el coeficiente metabólico, sino que también es eficaz para la producción de energía celular, facilitando la recuperación muscular después del ejercicio.

Para preparar correctamente las semillas de linaza, los expertos sugieren molerlas, ya que triturarlas rompe la cubierta, aumentando la biodisponibilidad de ácido alfa-linolénico y SDG.

También se recomienda remojarlas durante una o dos horas en agua, permitiendo que los mucílagos se liberen y tengan una acción suavizante y prebiótica en el tracto gastrointestinal.

Alternativamente, se puede combinar ambas opciones, moliendo y remojando las semillas para aprovechar al máximo sus beneficios.

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