A pesar de que la movilidad en las ciudades y entre países parece normal, la pandemia de COVID-19 sigue presente en el mundo con más de 770 millones de casos confirmados y 6,957,216 muertes hasta la fecha, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Los síntomas de la enfermedad han evolucionado, lo que dificulta a los médicos distinguir el COVID-19 de las alergias o el resfriado común, incluso con el aumento de hospitalizaciones.

Actualmente, los síntomas más comunes incluyen:

• Congestión nasal.
• Estornudos
• Dolor de garganta.
• Dolor de cabeza.
• Fatiga.
• Dolores musculares
• Fiebre
• Escalofríos
• Goteo postnasal.

La gravedad de la enfermedad ha disminuido en gran parte debido a la inmunidad adquirida a través de la infección previa o la vacunación.

La variante Ómicron ha traído consigo un aumento en el dolor de garganta como uno de los síntomas predominantes, mientras que la pérdida del sentido del olfato se ha vuelto menos común.

La tos ya no es un síntoma principal. A pesar de estos cambios en los síntomas, los médicos han notado que la mayoría de los pacientes experimentan síntomas más leves que antes.

La importancia de la vacunación y la ventilación adecuada en espacios cerrados son cruciales para prevenir la propagación del virus, ya que este se transmite principalmente a través del aire al exhalar, toser, estornudar, hablar, gritar o cantar.

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