Ella es de origen latino, pero nació en Bakersfield, California, una gran ciudad a unos 160 kilómetros al norte de Los Ángeles, famosa por el petróleo, el gas y la agricultura, así como por ser la capital de la música country de la costa oeste de Estados Unidos.

Hernández se dio cuenta de que el alcohol entregado a través de un gel podía limpiar las manos en una situación en la que no había acceso a agua tibia y jabón.

La joven enfermera reconoció el potencial comercial de su idea, así que llamó a una línea directa de inventos de la que había oído hablar en televisión y se dispuso a registrar la patente.

Lupe Hernández no imaginó que 50 años más tarde su invento sería un poderoso aliado para combatir las epidemias que han amenazado a la humanidad que se que inventó el gel antibacterial.

El mercado estadounidense de desinfectante para manos fue de 28 millones de dólares en 2002 y en 2009, las ventas de gel para manos se dispararon a raíz del brote de “gripe porcina” H1N1.