Phoenix, Arizona.- Cada día, Maico Olivares intenta comunicarse con unas 25 personas, principalmente de la comunidad latina en Estados Unidos, para convencerlas de que se registren para votar en las elecciones de noviembre.
Su labor es cada vez más difícil: muchos hispanos perdieron su empleo debido a la pandemia del coronavirus y les preocupa más alimentar a sus familias que prepararse para los comicios.
Olivares, como muchos otros promotores de los derechos de los latinos en todo el país, teme que entre los hispanos habrá una elevada abstención este año.