Medio millón de ciudadanos chinos en Pekín son confinados por rebrote de COVID-19 en la región, el gobierno ha dado la orden de mantener el resguardo de personas para evitar un nuevo contagio masivo.

Las autoridades califican de grave y complejo el rebrote de cerca de la capital, con lo que se toman las medidas que consideran necesarias para frenar el contagio.

Son 300 nuevos casos en esta ciudad que dan pie al miedo de una segunda ola de contagios, pues los contagiados son de dos semanas de pruebas y cuando se suponía que habían podido con la enfermedad aparecieron.

La alcaldía de Anxin tiene resguardados en residenciales a miles de personas consideradas en riesgo a 60 kilómetros al sur de Beijing.

Con las nuevas medidas solo una persona por residencia podrá salir una vez al día para abastecerse de alimentos y medicamentos necesarios, manteniendo a los chinos confinados.

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Uno de los riesgos que reporta el ministerio de salud chino es que reportan un foco rojo en el mercado Xinfadi al sur de la ciudad y que abastece de productos frescos a restaurantes y otros comercios, lo que en evidencia es un riesgo para la salud.

Continuarán con las medidas de prevención mientras los estudios revelan con mayor exactitud el curso de la pandemia y si es un rebrote el que presencian.