Leeds, Reino Unido.- El paciente de COVID-19 que llevaba más tiempo hospitalizado, ha fallecido, después de pasar más de un año en el hospital.

Jason Kelk, de 49 años, que sufría de asma y diabetes, murió en un hospicio en Leeds, rodeado de su familia después de decidir que ya no podía «vivir así». Les había pedido a sus médicos que suspendieran todos los tratamientos después de pasar más de 14 meses en un hospital.

Kelk ingresó en el Hospital St. James el 31 de marzo de 2020, lo conectaron a un ventilador y lo trasladaron a una unidad de cuidados intensivos poco después de su llegada.

Te podría interesar: ONU advierte sobre la “nueva pandemia” y para esta no hay cura

El virus devastó sus pulmones y riñones, según un informe. Kelk también desarrolló dolencias estomacales agudas y tuvo que ser alimentado por vía intravenosa.

En marzo, después de sobrevivir dos semanas sin ventilador, había esperanzas de que Kelk pudiera regresar a casa. El paciente dijo que estaba ansioso por olvidarse del COVID-19 y sentarse en el sofá con su esposa Sue para ver televisión y comer pescado con papas fritas.

Pero su estado se deterioró en mayo.

“Solo quería que todo llegara a su fin”, dijo su esposa Sue Kelk. “Los antibióticos habían funcionado, pero su espíritu se había ido. Creo que realmente Jason desapareció de febrero de 2020. Ese es el Jason que conocíamos. Pero el Jason que todos amaban todavía estaba allí «.