-Cruz Azul levantó el campeonato de la Liga MX después de 23 años de sequía, los aficionados a la máquina estallaron en júbilo en todo México.
¡Lo logramos! ¡La novena es nuestra! Y esta estrella en particular se disfruta más, porque la sufrimos, porque la peleamos, porque la batallamos y porque, a final de cuentas, la ganamos.
Desde temprano, el domingo 31 de mayo lucía ya como un día diferente, un día para cambiar la maldita historia que nos perseguía desde 1997. Las palpitaciones por segundo eran una hecatombe en los de sangre azul; el día se hizo eterno a la espera del partido, de la cita con la historia.
Era imposible no recordar todas las veces que este sentimiento de ilusión y espera se convertían en desesperación y lágrimas en cuestión de segundos, de repente vino a la memoria de todos esas «Cruzazuleadas» la mofa del «subcampeonísimo»; el invierno en el que Pachuca nos arrebató el campeonato, la final que todos lloramos en torreón en el 2008 y que sin saberlo era el inicio de una tradición de quedarnos en la segunda posición.
Lamentar la vez que en Toluca nuestros sueños de una remontada histórica se esfumaron por los que muchos llaman mala suerte y una atajada agónica de Hernán Cristante.
Cómo olvidar la final ante Rayados donde dejamos ir una ventaja en el cerro de la silla y permitimos que nos pintaran la cara en el Estadio Azul ante la mirada incrédula de una afición que empezaba a dejar de creer.
Luego llego una época de fracasos, una en que ni a las finales se llegaba; donde dejamos de ser protagonistas en una liga en la que habíamos nacido grandes hasta que llegó la noche más triste de nuestra historia.
Las más dolorosas
26 de mayo de 2013, Estadio Azteca, contra el rival más odiado; dos goles de ventaja y 5 minutos por jugar, y como una mala broma del destino, dos cabezazos nos quitaron la novena. De ahí, de la noche más triste de nuestra historia hubo quienes confesamos estar avergonzados de seguir a un equipo perdedor, porque así lo llamábamos nosotros, los de adentro y también los de afuera.
Desde esa noche muchos decidieron irse, otros tomarse un tiempo y solo los más fieles, querían la venganza contra el eterno rival, no tardamos mucho en regresar a una final, el rival: el América, la mesa servida para quitarnos los fantasmas y por sexta ocasión en torneos cortos nos quedábamos en la orilla de una forma que te puedo decir fue casi inexplicable, renovarse ahora sí no era tarea sencilla.
Revolución
Desde Perú llegó un viejo conocido, hay que decirlo, no tenía credenciales importantes para dirigir a un Cruz Azul urgido, no era lo que el aficionado buscaba y su inicio no fue nada prometedor. No podíamos estar más equivocados, Juan Reynoso supo sufrir, supo ser pisoteado, supo ser criticado y consolidó un equipo invencible en el Clausura 2021.
Récords igualados, marcas rotas, jugadores con «huevos» que nunca dejaron de creer y nunca dejaron de pensar que este torneo era diferente, este torneo era para entrar a la historia.
Trastabillamos contra Toluca y salimos avante, supimos eliminar a Pachuca, y luego llegaba una cita más con la gloria, el rival sería Santos, aquellos que en 2008 nos dejaron ahogados con el grito de campeones en el calor de La Laguna.
La final inició en Coahuila y en un rocoso encuentro la jugada divina de Luis Romo nos ponía en ventaja y así quedaban los primeros 90. En el estadio Azteca llegó un gol de otro partido que empataba el global y ahí, a sufrir como solo esta afición sabe.
Para el segundo tiempo un pase de Yoshimar Yotún dejaba solo a Jonathan Rodríguez y lo cambiaba por un gol cuyo grito retumbó hasta lo más recóndito del país, un gol que significaba quitar la malaria de 23 años, 5 meses y 23 días sin levantar una copa.
Figuras
Gracias, gracias a Juan Reynoso, al cuerpo técnico, gracias a Rivero, Escobar, Aguilar, Alvarado, Orbelín, Yotún, Baca, Fernández, Giménez, Elías, Angulo, Shaggy, y todo el equipo. Pero sobre todo gracias a Jesús Corona y Cata Domínguez que fueron pisoteados por nosotros y se levantaron por fin en lo más alto del futbol nacional.
Gracias afición por que nunca, nunca dejaron de creer que la novena era nuestra.
Así que grítalo, gózalo
¡Cruz Azul campeón del futbol mexicano!