En Grecia, el gobierno anunció que los partidos del campeonato nacional se jugarán a puerta cerrada durante los próximos dos meses, hasta el 12 de febrero.
Esta decisión surge tras un grave incidente en un derbi de voleibol en Atenas la semana pasada, donde un policía resultó gravemente herido, siendo el último episodio de una serie de incidentes en el ámbito deportivo, especialmente en el fútbol.
Pavlos Marinakis, portavoz del gobierno, señaló que esta medida podría aplicarse «caso por caso» en los partidos europeos de los equipos griegos.
Para abordar la violencia en los recintos deportivos, se implementarán cámaras de alta definición y sistemas electrónicos de entrada con verificación de identidad en todos los estadios de la liga.
Marinakis explicó que durante muchos años, delincuentes se han hecho pasar por aficionados para cometer delitos graves, causando lesiones graves e incluso muertes.
El anuncio sigue a un enfrentamiento violento durante el derbi Olympiakos-Panathinaïkos, que resultó en la suspensión del partido de voleibol en cuartos de final de la Copa de la Liga.
La escalada de violencia en los estadios ha sido un problema persistente en Grecia, y recientemente, un partido de fútbol entre el Olympiakos y el Volos también se interrumpió debido a actos violentos.
En respuesta a la situación, los árbitros del campeonato heleno de fútbol expresaron su intención de realizar una huelga hasta que las condiciones para su integridad física vuelvan a ser normales.