Los equipos de la Casa Blanca comenzarán a construir un muro «no escalable» alrededor de todo el complejo, la Elipse y Lafayette Square el lunes, según un informe.

Citando a la policía federal, NBC News también informó el domingo que 250 miembros de la Guardia Nacional habían sido puestos en espera. Los individuos se reportarán a la Policía Metropolitana de DC.

La noticia de este muro alrededor de la Casa Blanca llega antes de una posible ola de disturbios esperados a raíz de las elecciones del martes, con la posibilidad de que las protestas y la violencia generen alarma entre académicos, propietarios de negocios, fuerzas del orden y otros.

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Los departamentos de policía de todo el país han comenzado a advertir a sus agentes que se preparen para el despliegue, mientras que algunos de los rascacielos más elegantes de la ciudad de Nueva York han contratado guardias armados para proteger sus edificios.

Las protestas que se convierten en violencia en la era Trump no son nada nuevo. Este verano, miles de manifestantes que protestaban por la muerte de George Floyd, así como por las muertes de Breonna Taylor y Ahmaud Arbery, atacaron ciudades de todo el país.

El movimiento provocó un verano de protestas pidiendo justicia racial, pero también resultó en violencia y saqueos.

El Departamento de Justicia tomó medidas duras sobre las ciudades este verano cuando las protestas se volvieron violentas y provocaron disturbios desde Portland, Oregón, y Kenosha, Wisconsin, hasta la ciudad de Nueva York.

Portland, junto con Seattle, Washington y la ciudad de Nueva York fueron etiquetadas como «jurisdicciones anarquistas» por el departamento, lo que puso a las tres en riesgo de perder fondos federales.

En los días posteriores a que comenzara a circular un video de la muerte de Floyd, las protestas se volvieron tan violentas fuera de la Casa Blanca que los agentes del Servicio Secreto llevaron a la primera familia a un búnker especial normalmente diseñado para usarse en ataques terroristas.