Un bebé nacido prematuramente bajo un acuerdo de subrogación internacional en Córdoba, Argentina, quedó bajo el cuidado provisional de una familia de acogida. El caso ha generado una investigación judicial debido a las circunstancias en las que la gestante abandonó al niño después de dar a luz.

El incidente comenzó cuando la gestante originaria de Córdoba, tras dar a luz en el Sanatorio Allende, declaró no ser la madre biológica del niño, revelando que una mujer francesa, que había contratado sus servicios de subrogación a través de una agencia en Buenos Aires, era la madre biológica.

Al recibir el alta médica, la gestante dejó al bebé en neonatología, lo que llevó a la intervención de la Secretaría de Niñez, Adolescencia y Familia (Senaf) de Córdoba.

El fiscal federal Enrique Senestrari ha iniciado una investigación por presunta trata de personas y falsedad ideológica, debido a las irregularidades detectadas en el acuerdo de subrogación. Se sospecha que la gestante podría haber estado en una situación económica vulnerable, lo que pone en cuestión las declaraciones de altruismo comúnmente presentadas por las agencias de subrogación.

Argentina no cuenta con una regulación específica sobre la gestación por sustitución, permitiendo que agencias nacionales e internacionales operen ambiguamente, lo cual ha fomentado el conocido 'turismo de fertilidad'.

Las leyes nacionales solo permiten que la práctica se realice bajo el principio implícito de que "todo lo que no está prohibido está permitido".

A través de estas agencias, ciudadanos extranjeros, en su mayoría europeos, contratan gestantes argentinas en condiciones poco claras para llevar a cabo el embarazo, en ocasiones con prácticas muy cuestionables.

La situación del bebé ha generado un debate sobre la regulación de la subrogación en Argentina y la protección de los derechos de las gestantes y los niños nacidos bajo este tipo de acuerdos.

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