Miles de migrantes centroamericanos, muchos de ellos niños no acompañados, han cruzado la frontera sur en los últimos días, abrumando a los agentes del gobierno.

Los funcionarios mexicanos les habían dicho a muchos de los que intentaban cruzar la frontera que podrían ingresar a Estados Unidos. En un campamento en el lado mexicano de la frontera, que se había establecido hace dos años, se les dijo a algunos solicitantes de asilo que podrían reabrir sus casos. Y que eventualmente podrían ingresar a los Estados Unidos para esperar el proceso de asilo, según un informe de CBS.

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Las autoridades mexicanas han intentado durante mucho tiempo cerrar los campamentos improvisados ​​que han sido establecidos por migrantes que intentan cruzar a Estados Unidos.

La nueva afluencia se debe en gran parte a la inestabilidad y a las crecientes tasas de infección por COVID-19 en los países centroamericanos. Así como a las percepciones de un cambio en las reglas de inmigración bajo la administración de Biden, según la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos

La semana pasada, los agentes de la Patrulla Fronteriza informaron que 350 niños cruzan a los Estados Unidos por día sin sus padres. Esto representa más del cuádruple del número del otoño pasado, según los informes.