Al menos 45 personas, la mayoría mujeres y niños, murieron y varias casas fueron incendiadas tras un ataque de hombres armados en un pueblo del estado nigeriano de Plateau, en el centro del país.

«Puedo confirmarles que se han recuperado al menos 45 cadáveres, en su mayoría de niños y mujeres, incluso embarazadas, tras un ataque de hombres armados a las aldeas de Kubat y Fungzai», declaró a EFE el presidente de la Coalición de Nacionalidades Étnicas Juveniles del Estado de Plateau Paul Dakete.

«Los atacantes, que eran pastores fulani, irrumpieron en las dos localidades el lunes por la noche y sembraron el caos entre los aldeanos hasta primera hora de hoy», dijo Dakete, añadiendo, «es espeluznante que la mayoría de las víctimas fueran mujeres y niños».

Un testigo declaró a Reuters que los atacantes empezaron a disparar en el pueblo y que, cuando algunos residentes intentaron huir, los mataron a tiros.

El número de víctimas podría aumentar ya que aun aún se estaban buscando más cadáveres. También se reportó que varias casas del pueblo fueron destruidas durante el ataque.

Según el portavoz del estado, Makut Macham, se pidió a las fuerzas de seguridad del estado que persiguieran los atacantes.

Macham también declaró que la Policía se enfrentó a los «bandidos» y que su «gran potencia de fuego» los obligó a abandonar sus vehículos «utilizados para sus nefastas actividades».

Ataque sin precedente

«Se trata del cuarto ataque de los últimos años (en la zona de Mangu), pero la escala de este último ataque no tiene precedentes», declaró Dakate.

En Plateau, los choques étnico-religiosos son frecuentes entre comunidades ganaderas mayoritariamente cristianas y pastores de la etnia fulani.

Sin embargo, en los últimos años, el cambio climático y la escasez de recursos naturales aumentaron la competencia por el control de la tierra, llevando ambas comunidades a un conflicto incesante, independientemente de su fe o etnia.

Plateau también es vecino del estado de Kaduna que sufre a menudo ataques por parte de hombres armados y secuestros masivos para obtener dinero.

Por otro lado, Nigeria sufre mucha inseguridad en el norte del país donde el grupo yihadista Boko Haram actúa desde 2009. La secta islamista apoya la organización Estado Islámico y ha reivindicado la autoría de numerosos atentados, sobre todo contra cristianos en el país. En 2014, había secuestrado a más de 200 alumnas en el noreste del país.

Según la Agencia de la ONU para los refugiados (UNHCR), desde 2004, más de 27.000 personas han muerto en manos de Boko Haram en Nigeria. Mientras miles de personas tuvieron que huir la violencia, son más de 1,7 millones las personas que no han podido volver a sus casas.